La DANA que el pasado 29 de noviembre arrasó Valencia y algunos municipios de Albacete y de Cuenca ha dejado una huella profunda y dolorosa en todos. Y se alargará en el tiempo más allá de cuando se consiga reconstruirir todos los daños materiales causados por el agua. A las víctimas les costara tiempo y esfuerzo conseguir superar el trauma sufrido. Hasta aquí todo comprensible. Pero ocurre que las secuelas pueden llegar a la próxima generación, a los niños y niñas que nazcan en los próximos meses. Y es que el estrés sufrido por las mujeres embarazadas con motivo de la DANA puede afectar al desarrollo cerebral de sus hijos.

El estado de ánimo de la mujer durante el embarazo puede marcar el futuro de su hijo. Freepik

Esto se puede deducir de una revisión sistemática realizada por científicos de la Universidad de Granada (UGR), recogida por la agencia Sinc, de una muestra de más de 1,3 millones de madres y recién nacidos en diferentes países que han sufrido variadas catástrofes naturales como Estados Unidos, China, Chile, Canadá, Australia e India, determina que la exposición materna a desastres naturales se asocia a un peor desarrollo cerebral en los recién nacidos.

Catástrofes y recién nacidos

Para realizar este estudio, publicado en la revista Behavioral Sciences, el equipo de investigación del departamento de Enfermería de la UGR liderado por Rafael A. Caparros-Gonzalez hizo una revisión sistemática de 1.971 estudios internacionales, de los cuales 30 cumplieron con los criterios de inclusión para su análisis.

“El período intrauterino es un momento de máxima vulnerabilidad para el desarrollo embrionario y fetal durante el que lo niveles de estrés materno están íntimamente relacionados con el desarrollo cerebral neonatal”, señala Caparrós para explicar la base de su investigación.

En el mundo ocurren más de 400 desastres naturales todos los años, generando cada uno pérdidas económicas de, al menos, 50 millones de euros o daño en como mínimo 2.000 hogares. Esto, como es natural, afecta a las personas de muy diferentes maneras siendo el estrés una de ellas. Y entre estas víctimas hay futuras madres.

Un bebé recién nacido. Freepik

¿Cómo puede el estrés durante el embarazo afectar al desarrollo cerebral de los bebés aún después de haber nacido? El investigador de la UGR apunta que el estrés psicológico de la mujer durante el embarazo es capaz de atravesar la placenta y alcanzar al bebé que está formándose dentro del útero materno.

“Se trata de un mecanismo que es posible gracias a varias vías y todas comienzan por altos niveles de estrés durante el embarazo. El estrés psicológico materno puede alterar los niveles de diferentes componentes (biomarcadores), como la hormona del estrés cortisol, o de varios neurotransmisores como la dopamina, serotonina y noradrenalina, involucrados en el desarrollo y funcionamiento cerebral”, indica Caparrós.

Peor regulación emocional infantil

Además, el estrés psicológico materno puede alterar el eje hipotalámico-hipofisiario-adrenal, responsable de mediar en la respuesta al estrés. Destacan en los resultados encontrados que la exposición materna a desastres naturales se asocia a una peor regulación emocional infantil, llegando a aparecer sintomatología de ansiedad y depresión a la edad de 4 y 6 años, problemas de sueño, sintomatología compatible con trastornos por déficit de atención con hiperactividad y trastornos del espectro autista.

También se encontró en este estudio que aquellos bebés expuestos a desastres naturales antes de nacer tenían una peor puntuación en pruebas de vocabulario, lectura y matemáticas de 8 a 10 años después de la exposición al desastre natural.

“Sería imprescindible mejorar el cuidado de la salud mental de las mujeres embarazadas, especialmente en momentos de crisis en los que los niveles de estrés son mayores. La salud de las madres y de las futuras generaciones dependen de este cuidado óptimo de la salud mental durante el embarazo”, concluye el investigador.