NTERNET y el entorno de los medios digitales genera entre las empresas de comunicación una sensación ambivalente, paradójica.

Si el sueño de cualquier director de un medio de comunicación es acceder a la mayor cantidad de público posible, bien podría decirse que la extensión imparable de internet lo ha posibilitado. Y lo ha hecho a unos ritmos impensables. El 63% de la población -según los datos de EGM en su primera ola de 2013- emplea habitualmente internet. Hace 6 años ese porcentaje apenas llegaba al 40%. El incremento de público que se incorpora anualmente a internet es de aproximadamente un 5%. Bien podría decirse que lo que hace apenas unos años era una herramienta empleada preferentemente por públicos jóvenes y tecnológicamente nativos, hoy constituye parte del hábitat comunicativo y relacional natural de la mayoría de nosotros.

Para los medios de comunicaión impresos estas transformaciones han supuesto, y siguen suponiendo, un reto de dimensiones descomunales. La evidencia de encontrarnos ante nuevos usos en el acceso a la información, ante nuevos soportes y medios de consumo de los contenidos que creamos -el ordenador, por supuesto, pero también cualquier teléfono móvil, las tablets, hasta los navegadores incorporados a las videoconsolas- sitúan, muy especialmente a la prensa, en el mismo núcleo del debate sobre los cambios que tales demandas generan en los registros periodísticos.

Y así, los medios como DEIA tratamos de incorporarnos a los nuevos estilos de vida de nuestros lectores y seguidoras, sabedores de que también son lectores de DEIA quienes nos consultan desde su móvil mientras esperan al autobús o al metro. Que también nos hojean -en este caso sería más preciso decir, ojean- quienes encienden su tablet para abrir nuestra aplicación o nos leen a través de su navegador. A la medida de sus usos y perfil, incluida la opción de adquirir el ejemplar diario para su visión vía navegador web a través de nuestra presencia en el kiosco digital 'Presst'.

Unos lectores que no solo se informan, sino que buena parte de ellos "reclama" opinar, y hasta respondernos, en tiempo real, con las luces y las sombras -que también las hay- de esa interactividad en la que frecuentemente se dan actitudes invasivas y hasta insultantes, igual de inadmisibles en el on line que en el off line.

Pero lo que, por encima de todo, tratamos es de mantener el valor de DEIA, independientemente del soporte en el que publiquemos nuestros contenidos informativos. De nada sirve llegar a muchos más miles de personas, si no valoran lo que ofrecemos, si no le conceden ningún valor más allá de un levísimo vistazo, intercambiable o complementario al de cualquier otra web. El valor de lo que ofrecemos es el centro de todo. ¿Qué buscamos? Que este mismo suplemento les resulte de interés, que nuestros contenidos de hoy les hagan disfrutar aún más de un buen domingo.

Sea a través del soporte que sea, DEIA mantendrá intactos los principios que nos definen y posicionan: la información más próxima a usted, el deporte, la información política e institucional, la opinión, nuestra posición editorial y nuestra forma de interpretar los acontecimientos.

El próximo jueves -19.30h, sala BBK- tendremos ocasión de reconocer iniciativas loables en medios digitales en nuestro país. Descubriremos ámbitos de negocio y actividades impensables hace no mucho tiempo. Y conoceremos a profesionales entusiastas que han puesto todo su empeño en sacar su iniciativa adelante, asumiendo riesgos y aportando conocimiento y dinamismo a nuestra sociedad. Hasta el jueves.