Tal y como dijimos al principio de la Itzulia, se van a repetir etapas como la que hemos vivido con el final en Altsasu, donde las caídas han sido de nuevo protagonistas. Están marcando la competición. La crono de Irun y la última jornada en Eibar son los días decisivos en lo competitivo, pero se ve que por ahora son las caídas las que mandan. Si analizamos la etapa con final en Kanbo y la que se ha rematado en Altsasu, pensamos más en las caídas que en los movimiento tácticos que se puedan producir más allá del esprints bonificados. El recorrido no es peligroso, pero ante un trazado que no es excesivamente duro y donde se consienten unas fugas que el pelotón puede controlar sin problemas, el gasto del grupo es menor. En esa situación, hay mucha gente en el gran grupo que cree que tiene opciones para ganar y si bien el recorrido no encierra peligro, se genera una situación de alto riesgo de caída. Por ejemplo, en la llegada a Altsasu el aire pegaba de cara y eso hace que el pelotón se abra, que se haga bola. Hay más contacto. Todo el mundo quiere entrar. El que va a rueda, de algún modo, va demasiado bien porque no tiene esa sensación de cuando no hay aire de cara y vas con el gancho. Delante se va casi a tope y atrás se va casi sin dar pedales. Eso hace que se multiplique el riesgo de caídas, como la que hemos presenciado al final y en la que Ayuso se ha dado un fuerte golpe. La de Roglic ha tenido otras características. Se ha caído en una zona de un zigzag que se hace a mucha velocidad. Son dos badenes que se toman muy rápido y si alguien se despista se puede ir al suelo. Es peligroso, pero puede pasar. Es ciclismo y el riesgo cero no existe. Las valoraciones de esta Itzulia habrá que realizarlas a la conclusión de la carrera, pero hasta ahora solo podemos reseñar las caídas y los vencedores de las etapas. Hermans ha triunfado en Altsasu, donde Aranburu lo ha hecho todo bien. Una última reflexión. Se dice siempre que son los corredores los que hacen una carrera emocionante, pero no cabe duda que el recorrido tiene que ayudar al espectáculo y, de momento, en la Itzulia esto no está siendo así. El final en Legutio es de otras características y tal vez alguien pueda moverse, pero dudo que haya diferencias entre los mejores.

El autor es director deportivo del Grupo Eulen-Nuuk