El Cabo de Finisterre, donde acaba la tierra firme y se exhibe el Atlántico, marca el kilómetro cero del Camino de Santiago. Un final y un inicio en la misma baldosa de terreno. En el final, en Galicia, empieza Jonas Vingegaard su senda hacia la tercera corona del Tour, el camino de los ciclistas que peregrinan en julio a Francia en busca de la gloria. El danés amanece en la campaña en O Gran Camiño, competición que venció por aplastamiento el pasado curso. Después de batir a Pogacar en los dos últimos duelos en el hexágono, no se contempla otro vencedor en la prueba gallega, que comenzará mañana jueves y finalizará el domingo. Una contrarreloj de 15 kilómetros en A Coruña dará la bienvenida a Vingegaard con la Torre de Hércules como testigo principal de la fortaleza del danés. El segundo asalto se adentrará a Lugo, con una jornada entre Taboada y Chantada en el que se acumulará un desnivel de 3.700 metros y cuatro puertos puntuables, dos de Segunda y dos de Tercera. Un recorrido abrupto y exigente. La tercera etapa conducirá a Ourense con un trazado que vinculará Xinzo de Limia y Castelo de Ribadavia, un día con 173 kilómetros. La carrera bajará el telón con el final en alto de Monte Aloia, un puerto de primera categoría que deberá subirse en dos ocasiones en el tramo definitivo. La etapa final partirá desde Ponteareas y contará con dos ascensiones antes de encarar las dos subidas a Monte Aloia, de siete kilómetros y un desnivel del 8%. Carlos Rodríguez, Carapaz y Gaudu parecen los principales rivales de Vingegaard, que inicia su marcha hacia el Tour desde O Gran Camiño.