No siempre las mejores victorias, las que más perduran, ocurren en la liturgia de atravesar la línea de meta, subir al podio, recoger el premio, oler las flores y recibir una ovación. En ocasiones, el mejor champán, la bebida de los campeones, es una idea, un impulso y un credo. De algún modo el más grande de los logros del Laboral Kutxa, equipo premiado por la Fundación Sabino Arana por su inequívoco y comprometido impulso al ciclismo femenino, sucedió en las entrañas de la entidad financiera vasca, que apostó decididamente por un proyecto de largo aliento que entronca con los valores de la firma. Tenían claro desde Laboral Kutxa que apoyarían a un equipo con valores solidarios, donde la meta es el camino, y en el que gobierna el espíritu cooperativista, el vínculo de unas y otras, el trabajo en común y la sostenibilidad de una estructura que cuenta con el apoyo financiero hasta 2029. Apuntalado en lo económico, el Laboral Kutxa, el único equipo femenino de Euskal Herria tras la desaparición del Bizkaia-Durango y el Sopela, –engullidos por las exigencias de la categoría– continúa su hoja de ruta en busca del WorldTour. En esa senda, la formación vasca, integrada en la Fundación Euskadi, ha confeccionado una plantilla estupenda.

“Afrontamos con mucha ilusión el sexto año pedaleando en favor de un ciclismo igualitario. El objetivo siempre ha sido dotar a las ciclistas de Euskadi de los medios necesarios para que puedan demostrar que tienen la capacidad de medirse con las mejores corredoras y en las mejores carreras del mundo, en las que queremos ver este año al equipo”, sostiene Ander Toña desde el Área de Desarrollo de Negocio-Comunicación de Laboral Kutxa.

En el plantel del equipo vasco sobresale la figura de Ane Santesteban, la mejor ciclista del territorio y una competidora formidable. También luce la incorporación de Lourdes Oyarbide. Además de Ane Santesteban y Lucía Oyarbide, Laura Tomassi y Eri Yonamine también arriban desde WorldTour. Acceden al equipo Jessenia Meneses, Catalina Soto y Cristina Tonetti. Con ellas formarán Naia Amondarain, Yurani Blanco, Idoia Eraso, Usoa Ostolaza (renueva), Nadia Quagliotto, Marta Romeu (renueva), Aileen Schweikart, Debora Silvestri, Alba Teruel (renueva) y Eneritz Vadillo (renueva). “Tenemos el equipo que queremos tener”, destacaba Ion Lazkano, director del equipo, tras conformar la plantilla. El Laboral Kutxa dispondrá de un calendario de calidad en el que se medirá a las mejores formaciones del mundo. “Tenemos que elevar más la vista y no desentonar cuando nos midamos a los equipos del WorldTour. Hasta ahora hemos respondido en otros duelos”, apunta Lazkano, que lanza: “Tendremos que ganarnos la posibilidad de disputar las mejores pruebas en la carretera, convenciendo a los organizadores con nuestras actuaciones de que nos merecemos estar allí. Desde que el equipo se creó desde la humildad, siempre hemos dado pasos adelante y queremos continuar así”.

Joane Somarriba, embajadora

Desde el Laboral Kutxa desean sostener la mirada a las mejores escuadras del mundo y contribuir a fortalecer la cadena de transmisión desde la cantera hasta la cúspide. En el equipo vasco sobresale la figura de Joane Somarriba, la mejor ciclista vasca de todos los tiempos. La vizcaina, campeona del Tour en tres ocasiones y coronada dos veces en el Giro, fue, en buena medida, un isla, un regalo inesperado. “La presencia de Joane sirve para inspirar a las nuevas generaciones por su enorme experiencia y palmarés, pero, sobre todo, para que sepan que son muy afortunadas porque en el equipo disponen de los medios para ser profesionales. En la época de Joane eso era muy distinto. En ese aspecto creo que les sirve para ser conscientes de su suerte y aprovechar la oportunidad”, argumenta Lazkano.

Nadia Quagliotto fue tercera en Mallorca. FUNDACIÓN EUSKADI / SPRINT CYCLING

Al sol del Mediterráneo se luce el Laboral Kutxa en el inicio de la campaña. Ane Santesteban fue décima en la primera prueba y la italiana Nadia Quagliotto alcanzó el podio en el cierre de la cita mallorquina. Un gran comienzo. Desde la atalaya de su palmarés, pero con la humildad de saber lo que cuesta cada palmo de avance en el ciclismo femenino, Somarriba aconseja a las ciclistas del Laboral Kutxa. Es la embajadora de la formación. Será ella quien recoja el premio de la Fundación Sabino Arana en nombre del ciclismo femenino –de las que fueron, son y serán– y del equipo vasco, que comenzó el curso en la Challenge de Mallorca mostrando los primeros rayos de sol. El Laboral Kutxa alumbra con fuerza.