Stephan van der Zwan explica que su nueva vida arrancó hace ya ocho años y que continúa disfrutándola. ¿Mereció la pena embarcarse en este proyecto? El neerlandés contesta a la pregunta formulando otra. “¿Has visto mi foto del lunes en Hondarribia?”. Aparcó la autocaravana el domingo en la subida al faro, en torno al kilómetro dos de la contrarreloj. Y desde allí asistió a un maravilloso amanecer que iluminó poco a poco la desembocadura del Bidasoa. “En momentos así, me siento un privilegiado”, asegura en el interior de un vehículo que planea sustituir por otro nuevo dentro de un mes.
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