Cimolai noquea a Bouhanni

Bilbao - Reunidos en círculo, varios corredores del FDJ escuchaban en Calella los susurros del pinganillo. La voz no era la de los niños de San Ildefonso, voceros de onzas de felicidad e ilusión. Hubo silencio y suspense, una eternidad la espera para los muchachos de la lotería francesa. Pedía calma Cimolai, serenando los ánimos del resto, excitados porque el pálpito les decía que era un día de serpentinas y de celebración. Alguien cantó al oído de Cimolai su triunfo. Como en los tiempos del transistor y el gol en Las Gaunas que llega tras unos pitidos, la anunciación de algo grande. Entonces Cimolai soltó las esposas que lo ataban a la incertidumbre. Sin el peso de los grilletes, festejó la victoria apretando los puños.

Con los puños se entrena Nacer Bouhanni, que mezcla el boxeo en su preparación para el ciclismo. Puñetazos para alimentar las piernas. Bouhanni, ensortijado en sí mismo, ovillado, con el casco negro al frente. De él surge una leyenda: fight, lucha y el dibujo de un puño. Pintura de guerra. Dispuesto para el combate. A Bouhanni le retó Cimolai. El velocista francés, grapado sobre el manillar, plegado sobre sí mismo, se impulsó con efectividad por Calella. La guardia alta y el juego de piernas fantástico, toda vez que Greipel, el forzudo alemán, se atascó de mala manera en el tráfico del sprint. Hora punta. El Gorila de Rostock encerrado en la jaula. Los codos como barrotes. Bouhanni, intenso, ágil, cimbreó de maravilla y lanzó un directo por el centro. Un golpe que parecía definitivo. Lo esquivó la cintura de Cimolai, cómodo en la distancia corta, donde se resuelven los sprints. Apelmazados ambos en un baldosa, Bouhanni bajó la guardia. Se resquebrajó Bouhanni en un pestañeo. Por ese hueco, un hilo de luz, metió el manillar Cimolai, aspirante por sorpresa. Fue un instante. Un directo. Seco. Duro. Al mentón. A la habitación del sueño. Cimolai con los puños prietos.

Antes de que el italiano se colara a la dicha a través de la foto-finish que le situó como líder de la Volta a Catalunya por un tubular, hubo un par de escaramuzas. Nada serio. Los jerarcas pensaban en cuidarse para el pulso de hoy en la crono por equipos. 41 kilómetros de tirada. “Es un día crucial. La verdad es que en una carrera de una semana 41 kilómetros de contrarreloj te da respeto porque las diferencias pueden ser muy grandes y condicionar la lucha por la general”, subrayó Contador. Froome y la muchachada del Sky manejan ese mismo pensamiento. Por eso, fue coronar la última tachuela del recorrido, y los maillots negros blindaron a su líder para lanzar a Kennaugh. Después se desató el sprint, apretadísimo, donde ser repartieron la bonifaciones. En ese cuadrilátero, Cimolai noqueó a Bouhanni. - C. Ortuzar

1. Davide Cimolai (FDJ)4h.28:21

2. Nacer Bouhanni (Cofidis)m.t.

3. Kristian Sbaragli (D. Data)m.t.

4. Dion Smith (Wanty)m.t.

5. André Greipel (Lotto)m.t.