La carrera más cara de Armstrong
Irá a juicio por los 100 millones de dólares que le reclama US Postal
CERCADO por todos los flancos, antes de que confesara que su idilio infinito con el Tour no era más que una escenificación de cartón piedra, un impulsó a través de un raíl roñado por la trampa y una maquinaria engrasada por el dopaje, Lance Armstrong fue el rey de Francia. Un monarca en la República. Años antes de que el texano cerrara con las estacas del orgullo el latifundio de los Campos Elíseos y se elevará como ningún otro al memorándum de la carrera -conquistó el amarillo en siete ocasiones-, Armstrong fue un mero ciclista, después un superviviente -el hombre milagro que derrotó al cáncer-, para mutar más tarde en un superhéroe con poderes extraordinarios. Fue Armstrong en su apogeo el más famoso filántropo en favor de la lucha contra la siniestra enfermedad. Su victoria fue tan sonora, que inundó las muñecas del planeta con una cinta amarilla y una inscripción: Livestrong, el nombre de la fundación que proyectó su imagen magnánima y que recaudó millones de dólares a través de las pulseras que servían para alimentar la esperanza de los anónimos combatientes contra el cáncer. Aquellas tiras de goma eran el reloj que ganaba manecillas de vida. Tiempo para la supervivencia. Armstrong lo era todo. En aquel cuento de hadas le acompañó la casaca del US Postal, el servicio postal de Estados Unidos. Armstrong era el cartero más veloz, siempre a tiempo para celebrar París con un ramo de flores y una postal sonriente sellada por el US Postal.
Esa marca, US Postal, representada por el Gobierno federal, persigue ahora sin desmayo a Lance Armstrong, el gran villano, al considerar que con su engaño durante los años que esponsorizó a su equipo dañó severamente la imagen de marca del servicio postal de Estados Unidos. Por este motivo Armstrong tendrá que acudir a juicio y afrontar la demanda que el Gobierno federal, en nombre de US Postal -que patrocinó durante su carrera al texano-, le interpuso para reclamar 100 millones de dólares por daños tras la retirada de sus títulos debido al dopaje. El juez Christopher Cooper, encargado del caso, rechazó el recurso del exciclista en el que pedía que se desestimara la reclamación gubernamental. Cooper, que tomó la decisión el pasado lunes, no atendió al requerimiento de Armstrong, que deberá defenderse en los tribunales. La defensa del excorredor pretendía evitar el juicio alegando que US Postal, que había financiado con 32,5 millones de dólares al equipo de Armstrong entre 2000 y 2004, había obtenido con el acuerdo un beneficio mayor a la cantidad empleada para patrocinarle.
Sin embargo, para el juez resulta complicado determinar semejante afirmación. Por el contrario, entiende que el servicio postal sí padeció un efecto adverso en sus ingresos y en su valor de la marca por culpa de la publicidad negativa por la apertura de la investigación por el dopaje del ciclista, que reconoció públicamente en 2013 ante Oprah Winfrey en una entrevista. Lance Armstrong aseguró que se dopó para ganar en siete ocasiones la carrera más dura del mundo. Ahora le espera la carrera más cara. La de los 100 millones de dólares.