bilbao - De Italia a Francia. De los Apeninos a Dunkerque. De victoria en victoria. No para Omar Fraile, que ayer levantó lo brazos por segunda vez en apenas dos semanas en la cuarta etapa de los Cuatro Días de Dunkerque, que paradójicamente es una carrera de cinco días. Los triunfos, algo tan excepcional, se están convirtiendo en un asunto rutinario para el santurtziarra, que una vez aprendió a ganar en profesionales, su gran descubrimiento, se ató a otro triunfo en Dunkerque agarrándose a una especialidad que posee el aspecto de firma, de sello personal. Omar Fraile, como hiciera en Italia, se lanzó hacia el ramo de flores en medio de una guerra de guerrillas. Fraile logró imponer su potencia con un ataque demoledor cuando se olía la meta.

Apagada la ansiedad en los Apeninos, Fraile sabe esperar. Las victorias dan serenidad y son la llave para abrir más puertas, para descerrajar más triunfos. Aliado con la paciencia, el santurtziarra aguardó su momento. Cuando a muchos les queman las brasas de las prisas, Fraile se mantuvo en suspenso, al acecho, en tensión, pero sin agitación en un día que era un canto a las rebeliones. En ese paisaje, de ataque en ataque, Fraile congeló el pulso. Con el espíritu renovado desde finales de abril cuando ganó en Italia y el cuerpo en ignición, tomó distancia, como si aquello no fuera con él. Así remontó en el último kilómetro a Maurits Lammertink, que se había escapado. Nadie pudo descabalgarle. Fraile no frena.

1. Omar Fraile (Caja Rural) 4h44:26

2. M. Lammertink (Roompot) a 3’’

3. Alo Jakin (Auber 93) a 7’’

1. I. Konovalovas (Marseille) 17h30:40

2. Bryan Coquard (Europcar) a 20’’

3. Alo Jakin (Auber 93) a 31’’