Bilbao - El 15 de mayo de 1966 era una fecha grabada en la memoria de Francisco Gabikacogeascoa (Ispaster, 1937), más conocido como Patxi Gabika. Aquel día saboreó, en un velódromo de Garellano lleno hasta la bandera, el mayor éxito de su carrera: la conquista de la Vuelta a España. Desde entonces comparte con Dalmacio Langarica, Jesús Loroño y Marino Lejarreta el honor de haber sido uno de los vizcainos ganador de una de las grandes vueltas ciclistas. Ayer, a los 76 años de edad, su corazón se apagó durante una intervención quirúrgica.
Gabika, conocido en el mundo ciclista como El Rubio de Ispaster, llegó al histórico Kas en 1961. El equipo gasteiztarra fue a buscarle al Mungia, club en el que competía antes de dar el salto al profesionalismo. En 1962 y 1963 se codeó con los mejores y fue quinto en ambas ediciones de la Vuelta. Pero no fue hasta 1966, de la mano de Dalmacio Langarica, cuando consiguió el ansiado triunfo en la ronda española. En el descenso del puerto riojano de Herrera, en la decimoquinta etapa, el vizcaino certificó su victoria final.
Ese es, junto a la etapa que ganó en el Giro un año después, el mayor logro deportivo del que fuera un gran rodador. Aunque para él, como para todos sus coetáneos era difícil destacar, pues tuvo la suerte o la desgracia de vivir una época mágica para el ciclismo, la de Jacques Anquetil. “Aquello lo vivimos nosotros. Él era el mejor de la época”, reconocía Gabika, emocionado, en una entrevista a DEIA hace ahora un año. Entonces recordó, junto a sus compañeros del Kas Antón Barrutia y Carlos Echeverría, los seis Tours que tuvo la oportunidad de correr.
Juntos vivieron el debut del equipo gasteiztarra en la carrera francesa, a la que fueron a trabajar. “En mi época estaban Bahamontes, Loroño, Bernardo Ruiz, Poblet... Los demás íbamos a currar. ¿Para qué íbamos a preparar el Tour?”, reconocía Barrutia durante aquella entrevista en su txoko de Durango. “El Tour no se preparaba. Si hubiese hecho como el americano, Merckx habría ganado veinte Tours”, bromeaba Gabika.
Los recuerdos de Perurena El vizcaino abandonó el Kas en 1968 para fichar por Fagor, donde se convirtió en una referencia para sus compañeros más jóvenes. Así lo recordaba ayer Txomin Perurena, compañero suyo en ambos equipos: “Además de un extraordinario compañero era un espejo en el que mirarse”.
El carácter amable de Gabika fue lo que más sorprendió a Perurena cuando coincidieron por primera vez en el Fagor. “Desde fuera daba una sensación distinta, parecía un tipo callado, pero luego resultó ser el más dicharachero”.
Tras la desaparición del Fagor en 1969, volvió al Kas. En esta segunda etapa coincidió con Andrés Gandarias, que, como Perurena, recuerda la personalidad alegre del ciclista de Ispaster: “En una etapa en Francia se me rompió la bici y me quedé tirado en la cuneta. Llegó Patxi y me dijo ¡Vamos Andrés, levántate! Si no fuese por él, no habría terminado la carrera”. Frente al carácter arisco de otros veteranos, Gabika era mucho más amable, rememora Gandarias.
El de Ispaster e retiró en 1972. En su haber quedaron once participaciones en la Vuelta, seis en el Tour y otras tres en el Giro. Su corazón dejó de latir mientras era intervenido en quirófano. El mismo corazón que, en aquella tarde de mayo de 1966, le dio la fuerza necesaria para descender volando el puerto de Herrera y lograr así el mayor éxito deportivo de su vida.