Igor González de Galdeano: "Este Tour no decidirá el futuro"
Al máximo responsable del conjunto naranja no le preocupa tanto la falta de buenos resultados como la complicada situación económica por la que atraviesa el equipo. Cree que sus corredores están capacitados para hacer un buen Tour, incluso para ganar en Pirineos o Alpes
bilbao. Al fin, empieza el Tour.
En cierto modo, es una liberación. Los últimos seis meses están siendo muy duros en ciertos aspectos, pero la muerte de Rufino ha sido un golpe muy duro para todos. No sé, tengo la sensación de que había un deseo especial porque empezara este Tour para empezar a dejar atrás todo ese tipo de cosas.
No es fácil desprenderse de un recuerdo tan duro como la muerte de alguien tan presente en el día a día del equipo como Rufino.
No lo es, no, pero el sol sale todos los días. Su muerte la hemos padecido todos porque era alguien que estaba muy unido a determinados ciclistas y llevaba años con nosotros. Rufino era el primero que te encontrabas en el hotel cuando llegabas de una etapa y siempre estaba muy encima de ellos, atendiéndoles en todo lo que necesitaban. Esto es una familia, convivimos durante muchos días al año y su vacío nos es extraño a todos. Siendo eso así, creo que el Tour es un buen lugar para olvidar y dejar atrás ese dolor. Esta carrera te exige tanta concentración durante las 24 horas del día que apenas te queda tiempo para pensar.
La situación económica del equipo, su futuro, no está del todo claro. ¿Cómo gestiona esta situación?
Lo llevo, que no es poco. Decirte que lo llevo bien sería mentir. Pero decirte que lo llevo mal también, porque en ese caso no estaría aquí. Lo llevo, lo afronto y tiro para adelante.
¿Tan cruda es la situación?
La situación interna del equipo es dura porque se está trabajando mucho y faltan los resultados que podíamos haber logrado para tener más tranquilidad. No los hemos tenido pero tampoco es una cuestión que me preocupe en exceso. No es el gran trauma del equipo. Este es un proyecto para cuatro años y no esperaba tener todo listo el primer año. Este es un equipo que parte de un modelo de país que quiere adaptarse a un modelo internacional y eso tiene un proceso que debe de ser paciente y tranquilo pero al que han afectado otros asuntos como la situación económica. Nos toca afrontar un periodo en el que las instituciones, así lo han dicho, no apuestan por el deporte profesional, con lo que nos hemos quedado sin unos compañeros de viajes que eran absolutamente necesarios. Ese es nuestro problema más importante.
¿Como cuánto de importante?
Para pensar en un desenlace fatal del proyecto habría que preguntar a los que ahora están soportando el proyecto. Yo sé que la situación es crítica y que necesitamos un segundo patrocinador para dar estabilidad al proyecto.
¿Y si no se encuentra?
No lo sé.
Se han cansado de tocar puertas.
No me he cansado de hacerlo y sigo entregado en la continuidad de este proyecto. Por mí parte, estoy haciendo todo lo posible.
¿Se esperaba encontrarse con esta situación?
Se hizo un proyecto para cuatro años en el que el primer objetivo, que era atar la licencia World Tour, se consiguió. A partir de ahí... Mira, llevamos solo seis meses desde que arrancó la cosa y fíjate de lo que estamos hablando. Deportivamente era consciente de que todos los inicios son complicados y no estoy preocupado en ese aspecto, aunque nos viene bien tener resultados, pero mentiría si dijera que las cosas van como me gustaría. No, las cosas no van como me gustaría ni como en un principio se había planteado.
¿Su propia incertidumbre se ha trasladado a los corredores?
El ciclista sabe abstraerse, pero siempre les hemos hablado claro. Les hemos tratado de hacer entender que necesitamos que todos demos el cien por cien para obtener el mejor resultado deportivo posible y seguir afianzando el proyecto en una carrera como el Tour de Francia. Les hemos pedido que se olviden de lo demás, que ya se encargarán otros de darle fuerza económica a este proyecto para que continúe. Pero saben la situación real que atraviesa el equipo.
El Tour es un buen escaparate para atraer a un patrocinador.
Es una oportunidad de la leche, pero este equipo es más de lo que pueda hacer en este Tour o en otros. Quiero decir que esta es la estructura más longeva del pelotón, que tiene una historia que le respalda y unos valores que le identifican. Hay pocos equipos como este. En muchos lugares del mundo la marca Euskadi se ha conocido gracias a este equipo. También le ha dado mucho a Euskaltel, la empresa que ha invertido mucho en el proyecto y la que lo está sosteniendo ahora en su totalidad. Aun siendo torturado y vapuleado, este equipo le ha dado a Euskadi y a Euskaltel mucho.
¿Ve la carrera francesa como una oportunidad para demostrar la vigencia del equipo?
El Tour es el escaparate para todos, pero no creo que se trate de hacer un gran Tour para buscar una solución. Tenemos que dar soporte deportivo a nuestros patrocinadores, o sea, resultados, pero no es que si no conseguimos nada en el Tour el equipo va a tener más problemas. Si lo hacemos bien será mejor, pero no creo que decida nuestro futuro.
¿Le ilusiona este Tour?
Lo más importante es que traemos un equipo con el que no vendemos lo que no se puede conseguir. Nieve e Igor (Antón) han dado un gran nivel en el Giro y en la Vuelta y el Tour sería un paso más. Lo han hecho allí y lo pueden hacer aquí. No es impensable soñar con una etapa de ellos en Pirineos y Alpes.
A Nieve y Antón les ha rodeado de corredores jóvenes.
Son el futuro de este proyecto, sobre todo Gorka y Jon Izagirre, pero también Sicard o Lobato. Son corredores muy jóvenes que vienen dando fuerte. Este Tour me recuerda al de 2007, cuando hicimos una apuesta por corredores como Rubén Pérez o Amets Txurruka, que nunca habían hecho el Tour. Cambié todo el equipo porque tenía que haber un relevo para gente de 36 o 34 años. Estos jóvenes están preparados y aunque vienen a aprender van a dar destellos seguro.
Es el tercer Tour de Antón y los dos primeros (2007 y 2009) no se le dieron bien.
Ni a Samuel. Entonces Igor era joven y nervioso. Creo que ahora es un corredor distinto. No tiene que pensar en el pasado, en aquellos Tours que no le salieron bien. Solo le pido que sea él y deje del lado otras cosas. Quiero que recuerde que tiene el don. Que ha ganado en el Zoncolan, en Calar Alto, en Urkiola o en los Pirineos. Y que lo ha hecho ante Nibali o Contador.