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Mano a mano en el Centenario

Chris Froome y Alberto Contador salen de Córcega como máximos favoritos a un triunfo con pocos candidatos

Mano a mano en el CentenarioAFP

BILBAO. El Tour siempre ha separado el grano de la paja. La exigencia de las tres semanas francesas es tal que solo tres ganadores partirán de Porto-Vecchio: Alberto Contador, Cadel Evans y Andy Schleck. Pero, probablemente, ninguno de los tres está considerado el máximo favorito para la edición del centenario. Ese papel corresponde a Chris Froome, el ciclista nacido en Nairobi que podría tener una Vuelta y un Tour en su palmarés si no hubiera supeditado hasta ahora su carrera a su líder Bradley Wiggins. Sin el último ganador en la salida de Córcega, Froome recoge los galones del Sky, el equipo más poderoso y más compacto del mundo, y lo hace tras haber demostrado que es capaz de liderarlo con sus triunfos en el Tour de Omán, el Criterium Internacional, el Tour de Romandía y la Dauphiné Libéré, la prueba más cercana, en la que se impuso con mucha autoridad. Pero la responsabilidad del Tour es otra y para eso no vale cualquiera.

Sobre Chris Froome, que se reconoce en su madurez como ciclista, se posarán todas las miradas desde el primer día y hay que tener mucho temple para soportarlo. "En lo que va de este año siento que hemos logrado todas las metas en la preparación del Tour. Ganar esas carreras, con el debido respecto, porque no son pequeñas carreras, me ha dado mucha confianza", reconoce el líder del Sky.

La presencia de Froome le puede venir bien a Alberto Contador, que por una vez no tendrá que cargar con el peso de la carrera. El de Pinto llega al Tour con solo un triunfo en 2013, en el lejano Tour de San Luis, y ha perdido en todas las ocasiones en que ha tenido que medirse con el británico del Sky. Si Contador no ha dado una pedalada de más o si realmente es este año inferior a Froome, solo lo resolverá la carretera, aunque el madrileño asegura que todos sus planes de preparación se han cumplido escrupulosamente y cree que en el Tour alcanzará su mejor condición física de la temporada, que es de lo que se trata. Además, con Michael Rogers, Roman Kreuziger y Nicolas Roche el pinteño parece mejor rodeado que en ocasiones anteriores.

schleck, desaparecido Todo el mundo ve este Tour que cumple 100 años como un mano a mano entre Froome y Contador, dos corredores que se manejan en todos los terrenos. En los pronósticos, los demás cuentan poco. De Andy Schleck nada se sabe en 2013 y muchos dudan de que ya se le pueda esperar, que lo suyo es solo una cuestión de falta de pasión por el ciclismo. Tampoco Cadel Evans cuenta, pese al buen tercer puesto del australiano de 36 años en el último Giro. Precisamente, el gran desgaste que supuso la helada ronda italiana impide ver al ganador del Tour de 2011 a un nivel suficiente para desafiar a Froome y Contador en la lucha por el primer puesto.

Aún con todo, Evans partirá como jefe de filas del BMC por delante de Tejay van Garderen, el mejor joven de 2012, a quien aún quieren proteger antes de lanzarlo a la responsabilidad suprema. Hablar de él como un tapado puede ser un error porque el estadounidense de 24 años es la estrella que viene y su quinto puesto del año pasado, dos por delante de Cadel Evans, le augura una pronta consagración y un crecimiento de su aún escaso palmarés.

Para el podio hay más aspirantes, como Jurgen van den Broeck, cuarto en 2010 y 2012. El belga del Lotto-Belisol siempre está ahí, nunca hace ruido, pero esa regularidad no le ha permitido aún acceder a un triunfo rutilante y le mantiene a los 30 años en el escalón inferior al de los grandes favoritos.

El mismo en el que también figuran Alejandro Valverde y Joaquim Purito Rodríguez, los animadores de la última Vuelta a España junto a Contador, que han fiado buena parte de su temporada al Tour, una carrera en la que han tenido pocas oportunidades de lucir. El catalán del Katusha solo la ha corrido una vez, en 2010, cuando acabó séptimo y ganó una etapa, y ahora quiere, con 34 años, explorar sus opciones de alcanzar al menos el podio, algo que pasa por lo que pueda hacer en las contrarrelojes, su peor terreno.

Por su parte, el murciano del Movistar sigue pensando, a su 33 años, que tiene un Tour en sus piernas. Valverde llega respaldado por la gran campaña de su equipo, lo que le ha permitido asumir menos responsabilidad y tener menos desgaste. De hecho, su palmarés del año es escaso para lo que suele ser habitual, pero tiene recursos de sobra para ampliarlo en la ronda gala, donde ya ha ganado cuatro etapas y ha sido sexto y octavo. Pero hace cinco años que Balaverde no luce en el Tour. Quizás lo pueda hacer en 2013, aunque todo nace como preparado para un mano a mano entre Chris Froome y Alberto Contador.