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Airán Fernández aleja a Pedrero del triunfo en los 200 metros finales

Eibar. Al día le cuesta amanecer en Eibar cuando pasea por el centro un tal Carlos Verona, el precoz le dicen, el chico de 20 años que corre esta temporada en el Omega Pharma de Tom Boonen. ¿Qué hace por allí? Cuenta que ha venido a ver al novio de su hermana, que le acompaña. Airán Fernández dice que se llama. Aún, ni él sabe que está en Eibar para ver ganar a su cuñado.

Ocurre muchas horas después y todo comienza a cocerse en Ixua, el puerto terrible en el que Manolo Azcona, director del Lizarte, quiere probar la calidad de Dáyer Quintana, el hermano del ganador de la Vuelta al País Vasco, al que lanza cuesta arriba. El colombiano vuela, neutraliza a Zhuravlev, último superviviente de una fuga inicial de 13 corredores, y pedalea solo hasta San Miguel. Allí le atrapa una veintena de corredores entre los que está Antonio Pedrero, catalán del Lizarte, que es el siguiente en querer llevarse el tesoro del Valenciaga. Lo habría conseguido, llegó a tener 16 segundos de ventaja después del descenso de San Miguel, si no hubiese surgido en el último momento Airán Fernández, el cuñado de Carlos Verona, que atrapó a Pedrero en los últimos 200 metros, le arrancó sin darle respiró y sumó su nombre a la leyenda del Memorial Valenciaga. Tercero entró José Gutiérrez, del Telcom, que había seguido a Airán en el descenso de San Miguel en una persecución loca contra Pedrero.

En la general de la Copa de España hubo cambios. El hasta ayer líder Fernando Grijalba (Caja Rural) finalizó 21º y cedió su lugar a Loïc Chetout, el ciclista de Iparralde que crece en el Naturgas Energía, el equipo aficionado de la Fundación Euskadi.