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El Tour del 97

LA estampa de este Tour de Francia me recuerda mucho al de 1997, aquel en el que Jan Ullrich, partiendo como delfín de Bjarne Riis, demostró en la carretera ser más fuerte que él. Me fijo en el equipo Sky y me viene esa idea a la cabeza. Bradley Wiggins es líder sólido del Tour, pero me da la sensación de que Froome anda más que él. En la crono, como se demostró ayer, andan bastante parejos, pero cuando la carretera apunta hacia arriba no tengo dudas. Me queda el morbo de saber cuánto tiempo aguantará Froome bajo sus alas, porque por lo visto hasta ahora podría dar un importante puñetazo sobre la mesa.

Sobre la contrarreloj propiamente dicha, la película fue la esperada. Estaba claro que los dos corredores del Sky eran los favoritos y así lo han demostrado. Cadel Evans ha estado algo peor de lo esperado pero lo suyo tampoco ha sido un descalabro, mientras que los Nibali, Menchov y Haimar han estado, en mi opinión, en su sitio. El problema para ellos es que Wiggins y Froome andan muchísimo.

Me parece que está claro que el Tour está ya muy decantado en favor del Sky. El equipo más fuerte, como grupo, es el RadioShack, pero primero tienen que aclararse y saber para quién van a trabajar y luego no limitarse a atacar en los kilómetros finales, sino que tienen que hacerlo de lejos. Me da la sensación de que en lo que resta de carrera va a haber más espectáculo en las bajadas que en las subidas. En las ascensiones ya estamos viendo cómo se las gasta el Sky, pero Wiggins no es un as de los descensos y si alguien quiere buscarle las cosquillas así podría tener alguna oportunidad de hacerle daño.