Carlota López cuenta que con 7 años era ella quien tenía que llamar a la compañía del gas cuando había un fallo porque sus padres son sordos. "El mundo no está preparado para las personas sordas", reconoce, y por ello, a través de su cuenta de Instagram (@carlotalopezfit) busca aportar un granito de arena a que sean cada vez más las personas oyentes que puedan relacionarse con las personas sordas. Ahora, tras meses creando contenido desde Zaragoza, ahora lo hace desde Bilbao.

Su contenido está enfocado principalmente al fitness, ya que es a lo que se dedica. López es entrenadora personal y en todas sus publicaciones en las que explica diferentes ejercicios, rutinas o hace recomendaciones de alimentación lo hace también con lengua de signos. "Un entrenador personal tiene que motivar, y no podría conectar con las personas sordas que me siguen si no utilizara la lengua de signos", explica. Por ello, ofrece también un plan de entrenamiento en el que las personas sordas tendrán siempre disponible una videollamada con ella para solventar las dudas.

Una cuenta sin barreras

Comenzó incorporando la lengua de signos en los vídeos para "diferenciarse" y también para "aportar algo a la sociedad". "Mis padres son dos personas sordas y desde pequeña he vivido las barreras que tienen así que yo no quería que mi cuenta tuviera ninguna, así que busqué cómo hacer que fuera inclusiva", indica.

Además de contenido relacionado con su profesión, aprovecha algunos de sus vídeos para enseñar cómo decir con lengua de signos expresiones clave en el día a día como 'Encantado de conocerte', '¿Cuándo es tu cumpleaños', 'Buenos días', 'Buenas tardes', '¿Cómo te llamas?', o '¿Cuántos años tienes?'

En muchos de estos vídeos aparecen sus padres, quienes colaboran en la cuenta y muestran también cómo se dicen diferentes palabras. Han publicado desde cómo se dice Nico Williams con lengua de signos hasta cómo se nombran a los meses del año.

"Ni Bilbao, ni ninguna otra ciudad está adaptada para las personas sordas"

Desde hace unos meses vive en Bilbao, donde se ha tenido que mudar por el trabajo de su pareja. Ahora, se encuentra conociendo a la ciudad y a los bilbainos. Para entrar más en contacto con la Villa, y con el objetivo de relacionar a personas oyentes con personas sordas, y además, realizar un acción solidaria para ayudar a los afectados por la DANA en Valencia, organizó una cerrera solidaria. "No vino mucha gente, pero fue una ayuda para poder hacer contactos", reconoce.

Señala que ni Bilbao, ni ninguna otra ciudad está adaptada a las personas sordas y confía en que en "algún momento eso cambie". "Estaría adaptado si cuando fueras a pedir un café el camarero supiese lengua de signos, o si al ir al hospital la enfermera pudiera contestarte con lengua de signos", reflexiona.