Que los puestos de artesanía florezcan en el bilbaino paseo del Arenal empieza a convertirse en tan síntoma de la llegada de la primavera meteorológica como el canto del cuco o el amarilleo de los bosquetes con los pétalos de la mimosa. Solo que la artesanía no produce alergia. Al revés. El personal se acerca todo lo que puede. Hasta se apelotona en los mostradores.

Así andaba a mediodía de ayer el alcalde la Villa, Juan Mari Aburto, de caseta en caseta, convertido en el centro de gavedad de un nutrido grupo de representantes institucionales, entre quienes se contaban la concejala de Desarrollo Económico, Comercio, Turismo y Empleo, Kontxi Claver; el de Cultura, Gonzalo Olabarría; la de Vivienda, Yolanda Díez; así como la portavoz municipal de Bildu, María del Río, y ediles como Paula Garagalza, Garazi Perea o Xabi Jiménez, además de la directora general de Competitividad Territorial y Promoción Exterior de la diputación foral de Bizkaia, Cristina Múgica. Cumplía la función de guía Verónica García, presidenta de Arbaso Euskal Herriko Artisautza, asociación que promueve la artesanía tradicional en Euskal Herria y elaboradora ella misma de cosméticos ecológicos y naturales.

Quizá produjeron un peculiar efecto llamada porque parejas, familias, cuadrillas, y hasta un par de paseantes de mochila y bastón de los del Camino de Santiago, fueron curioseando entre el género.

En total son 30 los artesanos que ofrecen su producto en Eskutartie, una cifra similar a la de ediciones anteriores. Un poco más de la mitad son de Bizkaia, aunque no faltan productoras de otros territorios vascos, así como procedentes de otras comunidades autónomas: tres vienen de Gipuzkoa, además de quienes llegan de Alicante, Almería, Ávila, Cantabria, Guadalajara, Lleida, Nafarroa, Pontevedra y Tarragona. Mención especial merece el argentino, artesano de la madera, Emiliano Gambero; aunque su base de operaciones se encuentra en Galicia y no en su Mar de Plata natal.

Un 50% de los presentes no han participado la pasada edición de Eskutartie, aunque hay quien si lo ha hecho en otras ferias, como la de Navidad.

El sector más representado es el textil con profesionales muy diferentes entre si; se pueden encontrar también cuatro mostradores de artesanía de; otros tres representantes de cerámica, madera y cuero; dos de joyería, además de batik, calzado, cerería, cosmética, estampación textil, flor seca, juguetes, muñequería, tejedora y vidrio. La mayoría no cuenta con locales de venta al público más allá de sus talleres. Así que Euskotartie, en realidad, acerca esos originales y laboriosos talleres al público interesado.

Por primera vez se presentan en la feria de primavera el tarraconense Miguel Ángel Ruiz, que hace calzado. Y Pep Estany, de la Seo de Urgell, quien junto a Miriam Máñez, confecciona ropa. Son ya unas clásicas la ceramista Ana Yabar, la artesana de las prendas Alazne Ezpeleta y la joyera del vidrio Maria Elorriaga. El ceramista Álex González estaba en su puesto antes de empezaran a crecer los tilos del Arenal; Loitz, su taller, elabora las piezas de cerámica que se colocan o entregan en los actos de la botxería andante.Víctor Martínez crea joyas de madera; Concha Ventura, juguetes; Susana Ambrosio realiza estampaciones de flores naturales sobre algodón o seda a base de vapor; y Txaber Agirre y Gorane Guillén se dedican a hacer bolsos y mochilas únicas.

Se acercaron a la feria de artesanía Cristina Zúñiga y Teresa Martín, de Onda Vasca, e Idoia Gutiérrez Ellacuria, de DEIA. “Cada pieza que trabajan nuestros artesanos es única, por lo que cada una es irrepetible”, dice Arbaso. Únicas e irrepetibles, como cada primavera que pasa