Es un poeta de la calle, tan alejados de aquellos de salón cuya princesa estaba triste; un compositor que sabe, como sabía Bob Dylan en alguna de su letras, que “mañana nunca será lo que se espera que sea”. Por eso Ismael Serrano conjuga sus letras y sus actuaciones en rabioso presente. Ayer lo hizo en el Teatro Arriaga. moviéndose por la escena como si interpretase una auténtica obra de teatro, dando rienda suelta a diálogos de buen armazón y abriéndole la puerta al humor inteligente, puente que cruzaba de canción en canción. El teatro lo celebró. Lucía en todo su esplendor. Se notó que Ismael tiene una troupe que le admira. 

A su lado sonó el piano de Jacob Sureda Arbona, y la gente se sabía las letras como si fuesen poemas de la infancia (“Con cien cañones por banda, viento en popa a toda vela...”, ya saben...), incluidas las de su último disco, La canción de nuestra vida. Ya antes de que comenzase el concierto, con aires de recital, Cristina Odriozola comentaba que le encantan estas letras tan apegadas al siglo XXI. Y se puso a cantar. “El planeta navegaba a la deriva/y tus hijos arribaban justo a tiempo/asustado, planeabas y fingías/que sabías lo que estábamos haciendo./Ya no ardes por las noches como antes/nos tocó vivir algunas despedidas/nos cambiaron algunos interrogantes/pero aún suena la canción de nuestra vida” susurraba. Coño que sí, que se la sabía.

Con la incómoda lluvia, por pertinaz, la gente fue apurando la hora de llegada pero la cita estuvo bien servida. La concejala Nora Abete aguardaba a unas amigas para entrar juntas y unos metros más allá Javi Bustamante cruzaba como el rayo. Alicia de las Heras, acompañada por Marga Etxebarria, Miren Hernández, Begoña Muguruza y Alazne Izquierdo desenfundaban las entradas y sacudían el paraguas a la vez y Goiatz Bilbao Ojeda, Kati Ramón, Begoña Alonso y Josu Rivas andaban reconfortándose con unos churros y calentándose con un chocolate. Se diría que la tarde de invierno les había pillado por sorpresa. Para entonces Karmele Gallastegi, Karmele Viza y Manuela García ya se calentaban en el interior del teatro, donde también accedieron Blanca García, Lourdes Pascual, Joserra Rodríguez, los hermanos Javier y Teresa Martínez, Clara Sánchez, Mónica Beltrán, Renata Beriain, Antonio Otxoa, Marije Beriain, Emi Sánchez, Marta López Araquistain, Nagore Urrutia, Erlantz Goikoetxea, Izaskun Bilbao, Ane Azkarate, José Luis Martínez, seguidor confeso del poeta de la calle, José María Artetxe, Aitor Hormaechea y mucha otra gente feliz. “Somos hermosos porque somos reales”, dice una de las canciones. Ismael Serrano según dice el programa de mano, sigue deleitándonos con esas canciones que se empeñan en encontrar en nuestras pequeñas batallas domésticas esa épica que no siempre somos capaces de ver, esa poesía oculta en las pequeñas cosas.