LA calle Ronda es una de las de ambiente del Casco Viejo. Mucho trasiego juvenil, Cuadrillas en la calle. Música. Y, al menos una vez al mes, filosofía.

Explicaba Iñigo Martínez, de Agora Filosofia Elkartea, que la asociación promueve un café filosófico cada último jueves del mes en Bira, espacio cultural que dinamiza el polifacético escritor Lutxo Egia.

Agora nació impulsada por docentes de filosofía de ESO y bachillerato con la finalidad de fomentar el gusto por el pensamiento. Y todo indica que lo están consiguiendo.

“Invitamos a personas que consideramos interesantes a hablar sobre un tema durante veinte minutos; y luego pasan la palabra al público”, detallaba Martínez.

Los últimos meses han tratado sobre la ideología de los espacios, con n la presencia de la arquitecto Itsaso Larramendi; o sobre la ideología de la maternidad. “Hace no mucho contamos con Joseba Sarrionaindia, fue un exitazo”, recalcaba Martínez.

Ayer tarde el tema sobre el que reflexionar fue la amistad desde distintos puntos de vista.

En a_erre inauguraron exposición de obra gráfica sobre Frida Khalo a la vez que Iñaki Markez presentó su libro sobre la artista

Naiara Gago, de Agora, presentó a Carmen Lawrence y Aiala Garabieta, quienes, mediante la pantalla gigante, expusieron canciones, fragmentos de películas y obras de arte que dieron pie al diálogo.

Frente a ellas, una docena de mesas redondas en las que jóvenes, la mayoría mujeres, tomaban un café con su bollo o un pintxo. La conversación y la reflexión común se produjeron de manera encadenada algo más tarde.

Se encontraban en Bira Ixone Etxeberria, Nerea Trespaderne, Irene Lafuente, Mikel Mariño, Oihane Aja, Isabela del Pozo, Iulene Díaz, Itsasne Ibargoiti, Imke Lázaro, Ainhoa Bonhert, Argi Fernández, Lucía Anderez, Teresa Ruiz, Irati Urkitza, o Maite Mentxaka.

Mikel Antón, de Laurak, apareció con una caja de libros como Ética para Nicómaco, los Diálogos de Platón, Filosofia amaitu gabea, de Marina Garcés, o La amistad en el mundo clásico.

Vendría bien a las personas adultas, y seguramente avinagradas, que repiten una y otra vez que la juventud de hoy nada vale, pasarse un último jueves de mes por Bira. Verían, en un local que acoge presentaciones, teatro, baile, conciertos y fiestas, a un puñado de gente en torno a los veinte años disertando sobre cualquier aspecto relevante de la vida. Y con fundamento.

CASI TODAS LAS FRIDAS

En la galería a_erre que miman Pilar Andrés y Natalia Rotaeche, no cabía ni un alma más. Presentaban una exposición de obra gráfica con Frida Kahlo como motivo. La muestra (Casi) todas las Fridas agrupa trabajos de artistas como Aintzane Martínez de Luna, Álvaro Benabente, Daniel Castelló, Lucía Bonilla, Nahia Iglesias, Elisabeth Pérez Fernández, Alberto Muriel, Natacha Rotaeche o la ilustradora Belén Lucas, que acudió junto a su hija Paula Ugarte.

Se sumó a la puesta de largo de la exposición, que permanecerá en el local de Avenida de las Universidades hasta el 30 de julio, la presentación del libro Xochtitl Frida; pinto con dolor y mucho amor, del psiquiatra vizcaíno Iñaki Markez.

“He intentado por todos los medios no psiquiatrizar a Frida”, explicó antes de desgranar su perspectiva sobre la relación de la artista con su marido, el muralista mexicano Diego Rivera, además de la vertiente solidaría con el exilio republicano durante y tras la Guerra Civil, que se tradujo en el impulso de iniciativas como la acogida a ‘Los niños de Morelia’ o el flete de buques de refugiados con distintos destinos. También se extendió acerca de la particular conciencia feminista de Frida y su compromiso con la mexicanidad y lo precolombino.

Escuchaban con mucha atención al autor y conferenciante Amaya Bilbao, Raúl Aranguren, Eduardo Martínez de Luna, María Ángeles Artese, Ana Cano, Naia Landeta o Carmen Aguirrezabal.