ES una de las bebidas más internacionales que se conocen y fue, como nos dijo la publicidad en su tiempo, “la chispa de la vida”. Recuerdo la escena que más me impactó en su día referente a la Coca-Cola. Un niño probaba el primer trago de su vida y sentenció en el parque: “Da calambre y sabe a pie dormido”. No he oído mejor definición a lo largo de los tiempos. En noviembre de 1956 se fabricó, en la planta de Galdakao, la primera Coca-Cola. Por aquel entonces la fábrica apenas ocupaba 6.000 metros cuadrados en un único edificio en el que se ubicaron las labores de producción, almacén y una zona comercial y administrativa. La fábrica estaba integrada por un equipo humano de 57 personas, en una época en la que la producción alcanzaba las 300.000 cajas de Coca-Cola al año –alrededor de 1,5 millones de litros–, una cantidad muy modesta para hoy en día pero muy importante para aquellos años. Hoy las cifras son mucho mayores.

Pero no es esta una crónica de cifras sino de emociones. Coca-Cola se empezó a producir en España en la fábrica de Barcelona y pronto empezó a ganar popularidad en toda la geografía española de la mano de figuras conocidas como los hombres de Coca-Cola: abanderados de la bebida que, con esfuerzo y dedicación, consiguieron hacer de ella un producto con reconocimiento en toda la geografía española durante la década de los 50. Poco a poco, a la vez que se iba haciendo un hueco en los hogares, Coca-Cola se convertiría en patrocinador de numerosos eventos deportivos y sociales y, desde entonces no ha parado de apostar por estar cerca de los acontecimientos más importantes en cada territorio.

Sucedió hace 70 años y todas las fábricas del país se conectaron para cantarse, entre ellos, un “cumpleaños feliz”

La botella contour de vidrio, con forma de cintura de mujer, es su icono. Es reciclable y tiene una vida media de 25 usos. Ayer se hablaba de todo ello en la fábrica de Galdakao, donde se celebraron esos 70 años de vida en el Estado, 67 en Euskadi, con una conexión entre todas lás fábricas del Estado para cantar un cumpleaños feliz comunitario.

En Bizkaia acudieron a la cita Gabriel Herrero, Ane Epalza, Gonzalo Márquez; el relaciones públicas que cogió las riendas de Octavio Pantaleón y ahora está a unos centímetros de la jubilación; el director de planta, Jaime Cardenal, y el gerente de Logística Área Norte, Javier Méndez. Los cinco encabezaban la fiesta de celebración que se desplegó en un mediodía radiante con una temperatura que invitaba a pegar un refrescante trago. Brindaron por los setenta años de una vida con chispa con un tarta en blanco y rojo y unos globos que recreaban el 70.

Fue una fiesta entre los suyos, una celebración en la intimidad. En la misma no faltaron Aitziber Requejo, Ibon Garibi, Jonatan Martínez, Aintzane Ruiz, Richar Perelló, Yera Vaquero, Javier Palomino, Guillermo Padierna, Julen Fernández, Josu Basaldua, Sofía Calvete, Juan Manuel Muñoz, Julen Belaustegi, José Gálvez, Luis Arrabal Javier Díaz-Tendero, Montserrat Casuso, Ane Cabalo, Haizea Martínez, Alviery Espada, Jaime González, Jocelyn Manón, Leticia San Román, Daniel Zulueta, Teba Largo, Andoni Zulueta, Francisco Perea, Pedro Sanz, María Rosa Gutiérrez-Solano, José Ramón Barroso, Xabier Alonso, Lander Roda, David Martín y David García entre otra mucha gente trabajadora en la planta que ayer vibraba como siempre pero que miró a las almas gemelas de otras latitudes desde donde se cantó un cumpleaños feliz comunitario, como les dije.

Actualmente, cuentan con seis plantas de producción, cuatro manantiales y 58 líneas de embotellado. Unos datos que se reflejan en nuestro impacto en la economía del país: un 0,5% del PIB estatal. Pero no era eso lo que venía a contarles, ya les dije. El asunto es el de brindar con tanta gente en fiesta. Hoy cumplen años.