EL proceso se divide en tres etapas: Juegos, Piscina y Estudiantes. Lo explicó Belén Martínez, del campus 42 Urduliz. Quienes se reunieron ayer tarde en la Torre de Urduliz iban a jugar. Pero, en realidad, su objetivo era la Piscina.

Urduliz, una pileta en el horizonte y un grupo de gente mayoritariamente muy joven; el ucraniano Dima Sia hasta se llevó su monopatín longboard.

Pero, a pesar de la soleada tarde de agosto en Uribe-Kosta, nadie aspiraba a vestirse el bañador y darse un chapuzón. La Piscina es un modo de denominar a la inmersión de 26 días en el universo de la programación informática. “La media de tiempo dedicado por cada persona a su formación durante la Piscina es de 8 horas por jornada, aunque se pueden destinar todas las que se deseen: contamos con literas y duchas si hay que descansar”, detalló Martínez.

Un sistema educativo revolucionario. Y absolutamente gratuito. En un campus abierto 24 horas al día, 7 días a la semana, 365 días al año. “Si alguien necesita o quiere venir aquí a las tres de la madrugada del 2 de enero a probar un código que esté desarrollando, no hay problema: las puertas permanecen abiertas”, recalcó la responsable del campus.

Para presentarse a la admisón basta con haber cumplido 18 años. No se exigen conocimientos de programación ni títulaciones previas. Inscribirse. Y superar el juego inicial en un ordenador durante un reto que se prolonga a lo largo de 42 minutos. Quienes lo consigan entrarán en la próxima Piscina, que ya tiene fecha de inicio: el 10 de octubre.

Se presentaron la ucraniana Wlada Trubina, junto al ya citado Dima Sia, y Kateryna Abramova, quien comentó que estaba aprendiendo alemán y que hablaba ruso, ucraniano, inglés y castellano.

Quiseron probar Arrate Blanco, Patricia Villaescusa, Mikel Etxebarria, los hermanos Lander y Oier Laraudogoitia, Aslander Arteaga, Asier Ormaetxe y los venezolanos María Muttache y Francisco Arista.

Si superan el acceso, pasarán a la Piscina de octubre, que, si les va bien, les abrirá la opción de integrarse en un proceso de formación en programación informática.

El campus se encuentra directamente relacionado con el mundo laboral. Durante el pasado año cerca de 200 empresas se acercaron a dar charlas y buscar talento.

El singular centro 42 Urduliz procede de un proyecto del empresario, inversor y filántropo francés Xabier Niel, entre otras muchas cosas, copropietario del diario galo Le Monde. Niel lo puso en marcha en 2013. En 2019, Fundación Telefónica se sumó a la iniciativa y abrió el campus 42 Madrid. Pocos meses después, la Diputación de Bizkaia se interesó y, en 2021, se inaugura 42 Urduliz. Sus objetivos: generar innovación y empleabildad además de atraer talento. Existen otros campus similares en Canadá, Brasil, Japón o Abu Dabi

En este sistema, que opta por la gamificación, es decir, por el aprendizaje mediante juegos, no existen docentes ni horarios, aunque si exámenes y niveles.

Los miembros de la primera promoción Iñigo González y Carlos Díez, así como el exestudiante tolosarra y hoy profesioal del sector de la programación Lukas González, transmitieron sus experiencias a los futuros piscineros. “Tu decides como aprender, así que las trampas te las haces a ti mismo”, reveló Lukas. “No solo engancha la programación, también la metodología”, aseguró Carlos. “Es muy importante la relación con el resto de los estudiantes, cuando realmente aprendes es en el momento en el compartes tu proyecto con los demás”, dijo Iñigo.

Coincidieron con Rodrígo Sánchez, el peruano Félix Tataje, Jorge Monclús, Josu Abasolo, Daniel Rodríguez, el cántabro Antonio del Corral y el colombiano Duuan González, que se encontraban en el campus formándose en ciberseguridad.