O siempre podemos escoger la música que nos ofrece la vida pero sí podemos elegir cómo bailarla, esa es nuestra salvación. Ayer, cuando el viejo mundo celebraba el Día Europeo de la Música, Bilbao se movió al compás, armónico siempre, incluso cuando no sonaban melodías musicales. Por ejemplo, cuando los escritores Bernardo Atxaga y Manuel Rivas hablaron sobre Las periferias de la literatura, dentro del ciclo Diálogos con la literatura en el siglo XXI organizado en la biblioteca de Bidebarrieta, donde Begoña Morán gobierna, y en un encuentro moderado por Arantxa Urretabizkaia. ¿Las periferias, decía...? Debatieron sobre si el centro es una posada en el camino o el fuego del hogar; sobre cómo las mujeres son el eje sobre el que rota hoy el mundo literario, no solo porque leen más, sino porque también participan más en grupos de lectura o en espacios de lectura y eventos literarios. Lo hicieron como escriben, con un hablar armonioso y cargado de ritmos. Les escucharon con atención Txema García, Alberto Letona, Cristina Palacios, María Ángeles Ruiz, Isabel Idigoras, Agur-tzane Marín, Begoña Olaizola, Itxaso Mendiguren Javier Ortega, Fernando Iturriaga, Marisa Alonso y un buen puñado de amantes de las letras con son.

Era salir de la biblioteca de Bidebarrieta y darse de bruces con Guru-tze Beitia, cuyo ritmo es otro: más deslenguado y audaz. No en vano, la actriz polifacética estaba anunciada en el Teatro Arriaga, donde salió a escena dispuesta a merendarse la vida, bailándola entre sonrisas. Tiempos de cabaret y cambalache fue una producción del Teatro Arriaga donde metió mano, en el sentido más artístico del término, Calixto Bieito. Gurutze estuvo acompañada en directo por los músicos Iñaki Maruri (piano) y Ander Pena (percusión), todo ello reforzado por las creaciones audiovisuales de Sergio Verde. ¡Qué algarabía trajo consigo! Lo hizo con una voz propia y un aire festivo espolvoreado por el teatro. Piezas como la inmortal Cabaret, Willkommen, Mack the knife o Balada para un loco rindieron homenaje a la vida tragicómica.

A la cita con este universo guay no faltaron el dramaturgo Ramón Barea, Juan Carlos Martínez, Elena Gorostiaga, quien traía bajo el brazo el último disco de Loquillo, Diario de una tregua, recién firmado (el cantante catalán firmó en la Fnac junto al escritor Felipe Cabrerizo autor de la obra Loquillo. La biografía oficial en un carrusel organizado por la propia Fnac en un día como el de ayer, bautizado con el sobrenombre de Ni un minuto sin música...), Xabier Uriarte, la artista floral Kateryna Kaminska, Ivanna Maximiv, Oksana Volos, artista de peces de colores, y Aiwa, mujeres ucranianas en el teatro; Iñaki Elorriaga, Miren Zarate y un puñadito de gente entregada. Fue una tarde, la suya, presta para mover el esqueleto.

Otro compás es el que se vivió en el club Cocherito de Bilbao, casi al tiempo. Recordemos que al igual que una buena banda sonora acompaña a una película maravillosa, la música te acompaña a lo largo de toda tu vida. ¿Acaso no nos dijo Andrés Calamaro que la música es el territorio donde nada nos hace daño...? Lo que les decía, el club Cocherito que preside Sabino Gutiérrez, quien intercambiaba saludos con la historiadora Laura del Rey y con Álvaro Suso. Estaban en la sede del club habida cuenta que programaron el coloquio Carmen, mito, literatura y ópera que, con motivo del Día Europeo de la Música, dio voz a la profesora de la UPV/EHU, María José Arévalo, y Nora Franco Madariaga, crítica en Klassikbidea. Rafael Ferrer, vicepresidente del Club Cocherito, moderó la cita a la que acudió, acompañado por Marcelino Gorbeña, el pintor Iñaki García Ergüin. Junto a él no faltaron Pedro Hernández, Vicente Reyes, Maite Lozano, Lucía Ferrer y Esperanza Pardo entre otra gente que se meneó de lo lindo.l

Atxaga y Manuel Rivas encontrándose, Gurutze Beitia en 'Tiempos de cabaret y cambalache', y Loquillo poniendo el son

El Club Cocherito de Bilbao organizó el coloquio 'Carmen, mito, literatura y ópera' con motivo del Día Europeo de la Música