AS suyas son dos voces todopoderosas, más por lo que cuentan y cómo lo dicen que por su timbre, Las suyas son voces que se levantan en pie de guerra, Y quiso el azar que ayer retumbasen en Bilbao casi a la misma hora. Mientras a las siete de la tarde la biblioteca de Bidebarrieta tributaba un homenaje a Miguel Hernández en el 80 aniversario de su fallecimiento con un recital que, bajo el título, Con tres heridas yo: la de la vida, la de la muerte, la del amor, reunió al dramaturgo Ramón Barea, a la violinista Ainhoa Rincón, al chelo Pedro Martínez y a la pianista Maite Olmos, (sobrecogieron a todo el patio de butacas, casi lleno...), media hora más tarde se apagaban las luces del Teatro Arriaga para que se encendiesen las luciérnagas de la memoria con una actuación única de Urko, quién sabe si no la última, interpretando sus canciones y otros temas populares, con la colaboración especial de la Bilboko Udal Musika Banda-Banda Municipal de Bilbao, bajo la dirección de José R. Pascual-Vilaplana. También participaron en escena el pianista y director musical Javier Pérez de Azpeitia, profesor de piano en Musikene, y el contrabajista Lerman Nieve. Pusieron al teatro entero a cantar.

Cuentan las crónicas que José Antonio Larrañaga,Urko, (Donostia, 1948) empezó cantando en el grupo Los Corsarios. Un día vio a Lourdes Iriondo en el Teatro Bellas Artes de Donostia. Entonces se preguntó por qué no cantaba él en euskera. Así que empezó con versiones de Oskarbi, Lupe y Etxamendi eta Larralde. En 1974 dio su primer concierto en vivo en Donostia, en la Plaza de la Trinidad, y dos años más tarde lanzó su primer álbum, Sakonki maite zaitut Euskal-Herria. Dejó claro hacia dónde quería ir: cantar canciones políticas. Era la dictadura de Franco. Guk euskaraz y Usurbilgo eliza fueron sus primeros éxitos, convirtiéndose en canciones muy populares. Miguel Hernández, recordarán, fue el pastor poeta que versó "para la libertad" en los duros tiempos. Lo dice, mejor que quien esto escribe, Pablo Neruda. "Recordar a Miguel Hernández que desapareció en la oscuridad y recordarlo a plena luz, es un deber de amor".

Volvamos al teatro Arriaga. Fueron, sobre el papel, 25 las canciones que conformaron el recital. A la magia de Vinicius lagun -canción que compuso tras la muerte de Vinícius de Moraes - se unió el estreno mundial de la primera parte de Gure Lagunei, la cantata que escribió cuando fusilaron a Txiki y Otaegi, Dos detalles de un recital estremecedor al que no faltaron el lehendakari Iñigo Urkullu, acompañado por Lucia Arieta-Araunabeña; el alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto, Ana Madariaga, que tanto había trabajado en la sombra para que este concierto pisase Bilbao, Gonzalo Olabarria, Iñaki López de Agileta, Juan Ignacio Malaina, Andoni Olivares, Erkuden Garmendia; la pintora Teresa Ahedo, Jaione Amantegi, Koldo Anasagasti, Puri Uspadicha, Jon Viteri y un buen número de hombres y mujeres que abarrotaron el patio de butacas. Canciones inolvidables como Maite Maite Maitia; Guk euskaraz, zuk zergatik ez; Zazpirak bat o Azken txanpa retumbaron.

Entre versos y cartas se recordaron los duros tiempos para Miguel Hernández y su generación que dejó claro su compromiso con la libertad en una guerra fratricida que le llevó a 18 cárceles y a un Consejo de Guerra que le condenó a muerte en plena juventud. Bidebarrieta Kulturgunea se inundó de emociones como bien podrán dar testimonio Natxo de Felipe, Miren Olbarri, María Jesús Ugalde, Mariví Gallastegui; la directora de la Orquesta Sinfónica de Acordeones de Bilbao, Amagoia Loroño, Jon Ander Acevedo, Ana María García, Rosa María Ibáñez, Alberto Cabrera, Felípe Méndez, Birjinia Goiarrola, Unai Izquierdo, Yeray Vázquez, Gorka Martín, Adolfo Pascual, Irene Herrera y Mariví Gerrikabeitia entre otros muchos. l

El Teatro Arriaga acogió 'Urko Herrikoia', un recital de la legendaria voz euskaldun que puso a todo el teatro a cantar

Bidebarrieta rinde un homenaje de recuerdo al poeta Miguel Hernández en el 80 aniversario de su fallecimiento