NDUVO buscándole durante más de 35 años sin cesar, tal y como lo había predicho su hija, Laura Carlotto, antes de desaparecer. Asesinada, por supuesto. Tal día como ayer, cada 24 de marzo, se celebra en Argentina el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia. Estela Barnes de Carlotto, hoy presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo de Argentina, estuvo en tierras vascas acompañada de sus hijos, Claudia y Guido Carlotto, y de su nieto, Ignacio Guido Montoya Carlotto, recuperado para su recuerdo y la convivencia con los suyos en 2014, tras más de tres décadas de búsqueda y pesquisas a través del ADN.

Esta terrible historia comienza en noviembre de 1977, cuando Laura Carlotto, una joven universitaria embarazada de tres meses, fue detenida. En 1978 una compañera de reclusión le contó a su madre, Estela Barnes, que Laura seguía viva, embarazada, y que “había espetado a sus verdugos que su mamá les iba a perseguir mientras tuviera vida”. No se equivocó. Desde que Estela enterró el cadáver de su hija puso todo su empeño en encontrar a su nieto robado. Se unió a las Abuelas de Plaza de Mayo, siendo actualmente su presidenta, y se convirtió en un referente internacional en la defensa de los derechos humanos.

Estela es premio Sabino Arana desde 1999 por su lucha incesante en favor de los derechos humanos.

La Fundación Sabino Arana ha recorrido estos días Euskadi con Estela. Ayer se dieron cita en el Teatro Campos Elíseos en un encuentro titulado Memoria, verdad y justicia: pilares básicos para una sociedad democrática y que tuvo varias aristas. De la mano de la presidenta de Sabino Arana Fundazioa, Mireia Zarate, y del vasco-argentino Iñaki Hernaiz, director del Fondo Nacional de las Artes de Argentina y amigo personal de Estela, repasaron sobre el escenario los 45 años de lucha de la brava abuela y de la propia asociación, dedicados todos ellos a recuperar a sus familiares desaparecidos y secuestrados y a denunciar las violaciones de los derechos humanos. La conversación fue tremenda y dura como el pedernal.

La tarde fue in crescendo. Cumplido el rito de señalar a los culpables y recordar a los ausentes apareció en escena Ignacio Guido Montoya Carlotto, nieto recuperado 114, lo que expresado de esta manera pone los pelos de punta a cualquiera. Es pianista y compositor y ofreció un recital que él mismo denomina como Conciertos por la memoria. Los presentes siguieron de cerca la actuación con el alma encogida en un puño. Como broche al encuentro aparecieron en escena las actrices Laura Azcurra y Marta Betoldi para protagonizar Contracciones, una pieza teatral creada para reflexionar sobre la maternidad y la identidad. No por nada, la obra se estrenó en 2001 dentro del ciclo Teatro por la identidad.

La cita fue sobrecogedora y a la misma asistieron, además de los ya citados, el embajador de Argentina en España, Ricardo Alfonsín, Cecilia Plorutti; el presidente del EBB, Andoni Ortuzar; la presidenta del BBB, Itxaso Atutxa, Leixuri Astigarraga, José Elorrieta, Nekane Alonso, Iñigo Iturrate, Mikel Burzako, Juan Mari Atutxa, Héctor Shalom, director de la Casa Ana Frank en Latino América; Ainara Zuazo; el presidente de la Academia de Ciencias Médicas, Ricardo Franco Vicario; la actriz Esther Velasco; el viceconsejero de Derechos Humanos, Josean Rodríguez Ranz, Gorka Álvarez Aranburu, José Luis Aurtenetxe, Ismael Barroeta, Ismael Igeregi, Begoña Santamaría, María Ángeles Agirre, Elisa y Agustín Zarate, Mariví Zabala, Jokin Cuesta, Rosi Castañeira; Iñaki Ruiz y Aitor Bikandi, encargados de que todo fluyese, Maitane Ipiñazar, Eduardo Ruiz Vieytez, Ainhoa Salterain, Mikel Gómez Gastiasoro, Iratxe Julián, Txaber Lezamiz, Carlos Katarain, José Orube y toda una procesión de gente que acabó sobrecogida y emocionada.

Sabino Arana Fundazioa organiza, en el Teatro Campos, un recital del pianista Ignacio Guido Montoya Carlotto

Es el nieto recuperado de Estela Barnes de Carlotto, presidenta de las Abuelas de Plaza de Mayo de Argentina