BA Diógenes por el bosque con su candil en la mano, cuando se encontró con una diosa, que le preguntó: "¿Qué buscas?". Y el filósofo contestó: "Busco a un hombre verdadero". "Pues aquí cerca hay uno -dijo la diosa-, pero no bastará la luz de tu linterna para reconocerlo, ya que está en compañía de dos faunos de apariencia humana; uno de ellos siempre dice la verdad, mientras que el otro miente invariablemente."

Es suficiente este trazo del relato de la filosófica leyenda para entender cuál es el espíritu de los IV premios Fair Saturday: la búsqueda de personas y organizaciones internacionales dedicados al arte y la cultura que, con su trabajo, arrojan una mirada humanista al mundo, una forma de mejorar la sociedad en la que actúan. Lleva las riendas de este proyecto Jordi Albareda, quien ayer ejerció de anfitrión en los FSAwards (siendo un asunto internacional, el acrónimo en inglés es lo más oportuno...) organizados por la Fundación Fair Saturday que escanea medio mundo en busca de ideas que encajen. Este año los elegidos proceden de medio planeta: Ahmad Sarmast, fundador del Instituto Nacional de Música de Afganistán; Karim Wasfi, director de la Orquesta Sinfónica de Irak y de Peace through arts (su chaqueta larga parecía sacada de un relato de las Mil y una Noches...); Henry Timms, fundador de Giving Tuesday y presidente del Lincoln Center for the performing Arts; Ixone Sádaba, fundadora de Moving Artists Humanity at music; David Baile, presidente de ISPA (International Society for the Performing Arts), y la pianista y activista social Maria Joao Pires; además del guipuzcoano Iñigo Albizuri, premiado por el proyecto Humanity at music de Mondragon Corporación.

Estos premios brotaron en 2017 como impulso de la cultura como alternativa al consumismo, como aperos de labranza para la innovación cultural y social.

Ayer se alzaron las persianas del Museo Guggenheim para la ceremonia de entrega de los citados galardones. A la cita no faltaron voces autorizadas como las del alcalde de Bilbao, Juan Mari Aburto; el alcalde de Huelva, Gabriel Cruz; la presidenta del gobierno de La Rioja, Concha Andreu, acompañada para la ocasión por Pedro Uruñuela y Ana Zabalegi; el viceconsejero de Cultura, Andoni Iturbe; la presidenta de Juntas Generales de Bizkaia, Ana Otadui; la diputada de Cultura, Lorea Bilbao; la directora de Obra Social de BBK, Nora Sarasola, Xabier Ochandiano, Alfonso Gil, Nora Abete; la directora de Cultura de la Diputación Foral, Begoña de Ibarra; Itxaso Atutxa, presidenta de BBB; José Miguel Lanzagorta, presidente de la Sociedad Coral de Bilbao; Iñigo Alberdi; el presidente de la ABAO, Juan Carlos Matellanes; el director de Desarrollo de DEIA, Kike Hermosilla; el bailarín Igor Yebra; el presidenta de Unicef en el País Vasco, Isidro Elezgarai y un buen número de asistentes a este baile de máscaras de celebración, si es que se me permite decirlo así.

Fueron el arte y la cultura, como les dije, desplegando sus alas. A semejante vuelo se sumaron, además de los citados, Teresa Querejazu; el director del Itsasmuseum, Jon Ruigómez; Alejandro Echevarría, Jorge Estrade, María Luisa Robles, Luis Lezama, Juan Miguel Gutiérrez, Óscar Garro, Ana Agirre, Jorge del Arco, Naia García de Andoin, Saioa Eibar, Belén Basterretxea, Joseba Urrutikoetxea, Miren Puente, Javier Fernández y un buen número de asistentes que disfrutaron de una gala que se adornó con ilustraciones audiovisuales cargadas de mensajes revindicativos.

Los premios Fair Saturday nacieron en Bilbao en 2017 con el fin de reconocer, a nivel internacional, las iniciativas de personas y organizaciones inspiradoras que han demostrado generar un impacto social a través del arte y de la cultura. Visto lo visto ayer en Bilbao, mantienen su vigor y su pujanza.

Los IV premios Fair Saturday reconocen iniciativas internacionales en una gala celebrada en el Museo Guggenheim

Ahmad Sarmast, Henry Timms, Karim Wasfi, Ixone Sádaba, Iñigo Albizuri, David Baile y Maria Joao Pires recibieron sus galardones