QUÉ pasó en 1985 en un frontón de Algorta entre alguien que podría ser mi prima y alguien que pudo ser mi hermano? Hoy, cuando ya han transcurrido más de treinta años, nadie desea hablar de aquel tiempo de violencia y de odios. ¿Nos ayudará el teatro a cerrar las heridas?". Esas dos preguntas, firmadas por Borja Ortiz de Gondra, se leían en el programa de mano de Los otros Gondra (relato vasco), la obra estrenada ayer en el Teatro Arriaga. Bastaron el título y ese par de interrogantes para que se despertase el grillo del interés, una conciencia agitada sobre las tablas. Con esa curiosidad acudieron a la representación quienes lo hicieron, mientras Sonsoles Benedicto, Fenda Drame, Marcial Álvarez, Borja Ortiz de Gondra, Lander Otaola y Cecilia Solaguren velaban armas (si es que se puede decir así en asuntos como este...) en los camerinos. Fue apagarse la luz y encenderse la expectación.

Digamos que a la cita acudió gente bien dispar. Entre ellos se encontraban el consejero de Cultura, Bingen Zupiria; Nekane Alonso, Lidia Elola, Iñaki Astiazaran, José Ignacio Malaina, capitán del cuadro de mando del Teatro Arriaga; Andoni Olivares, Koldo Narbaiza, los actores Mitxel Santamarina, Ugaitz Alegría e Iñaki Maruri, acompañados por la actriz Karmele Larrinaga, el letrado melómano Txus Casado, Félix Linares, Ilaski Serrano, Inés Intxausti, Luis Eguiraun, Fermín Etxegoien y Sylvia Aizpuru, entre otros nombres propios que esperaban una historia que removiese por dentro. "El director, Josep Maria Mestres, sabe mover los hilos, susurraba una voz anónima que recordaba que la obra fue premio Lope de Vega 2017.

Poco a poco fue poblándose el patio de butacas. Por un lado llegaba el escritor Alex Oviedo y por otro el periodista radiofónico y actor amateur Iván Martín. Junto a ellos se sumaron a la cita José Manuel Alonso, Aitor Agirre, Javier Gorostiaga, Domingo Camuña, Begoña Borobia, Carmen Beitia, José Tamayo, Begoña Uribe, Verónica Vargas, Álvaro Gómez e Inés Camiña, entre otros. Eran muy variopintas las generaciones que allí se dieron cita, cada cual con sus interpretaciones, con sus miradas. A la cita hay que sumar la asistencia de integrantes de la Escuela Superior de Arte Dramático y Danza de Euskadi, Dan-tzerti, como Albar Cirarda, Paula Prol, Marina Verano, Nagore Andrés, Paula Guereñu y Aitzol Villahoz, y mortales más comunes que nada tienen que ver con las artes escénicas como Javier Irigoien, Matxalen Etxebarria, María Jesús Elorriaga, Pedro Barea (este sí; este es un hombre de escena...), Julia Ormazabal, Izaskun Ortiz y otra mucha gente que siguió bien de cerca el desarrollo de la obra, agitándose en ocasiones y dejándose llevar en otras. Todos ellos disfrutaron de una tarde que tuvo el don de tocar los sentimientos. Y bien sabido es que cuando a alguien le tocan ahí...