LA historia es tan poderosa que lo mismo invoca a un mar de lágrimas que despierta una oleada de sonrisas, desata una tormenta de furia y rabia que se regodea en los atardeceres de la reconciliación. La historia nació en la cabeza de Javier Liñero. Se titula Barro rojo, fue candidata al vigésimo premio Max a autor revelación y fue premio al mejor espectáculo Festival Indifest 2016 y refleja un viaje entre dos personajes y sus vivencias.

Eso es decir poco, ¿verdad? A través de un doble juego entre el cabaré y el drama, entre el miedo y la alegría, entre la crueldad y el amor se relata una vida intensa. ¿Cómo resumirla? El programa de mano da en el clavo: “Un gay fue encerrado en un campo de concentración europeo y en las cárceles de Franco. Su historia es a su vez contada en forma de viaje, por su sobrino, la transformista Amelia. Diferentes historias de vida que se funden formando una historia ficticia en esta obra que es casi un trabajo de investigación”. Esa es la historia, adornada con un cartel impactante: las piernas desnudas de un hombre manchadas de barro, rematadas con unos zapatos de charol rojos.

Todo esto se presentó ayer en el Teatro Arriaga, enmarcada en el proyecto Espacio escenario, donde cobra vida eso que llaman teatro de proximidad o de cercanía. La fórmula es sugerente y funciona. Ayer, sin ir más lejos, sobre el escenario había todo un entradón.

emociones Con el firme propósito de despertar al dragón de las emociones y los sentimientos en carne viva, Liñero da rienda suelta a esta singular narración con su voz y con su cuerpo, bajo la dirección a cuatro manos de Daniela Molina y Linda Wise. Testigos de cuanto les cuento fueron Itziar Lazkano y Karmele Larrinaga, Eduardo Gaviña, alias ‘Yogurinha Borova’; el crítico teatral Javier Reino, José Luis del Val, Patxi Eguino, Carlos Oliva, Beñat Zarate, Iñaki Madariaga, Marisol Iglesias, Ane Aranguren, Begoña Elías, Marcelino Gorbeña, Amaia López y un buen número de gente de mente despierta que se emocionó y conmocionó con la obra.

La pieza es dinamita pura para los sentidos. Darán fe de lo que les cuento, además de los ya citados, Izaskun Bárcena, Iranzu Larrondo, Begoña Calvo, Joseba Artetxe Algabar, Ángela Jaular, Rafael Cruchaga, Andoni Martín, Iñaki Gorostiaga, Unai Odriozola, Jon García, José María Arriola, Julio Martínez y otra mucha gente con curiosidad y sensibilidad.

Hubo un momento de la obra en el que los nombres de las personas en las que se ha inspirado el autor aparecieron en escena. El detalle no pasa desapercibido, ¡cómo iba a hacerlo! Y entre los asistentes corrió, incluso, algún que otro lagrimón. La escenografía es de Oskar García y José Manuel Placeres, y la música, obra de Ismael Merino y Pierre-François Blanchard. La historia, de la Humanidad.