La fortaleza para remar en muchos frentes de Ainhoa Zurinaga; el enorme corazón de la asociación Ausartzen; las sintonías plateadas de Mendibaiarte Abesbatza; la seguridad que acompaña de Protección Civil; y la vida, la tremenda vida de Felipe Agirre, dando siempre pasos de baile. La ciudadanía de Erandio ha querido distinguir, aplaudir y dar las gracias a todos ellos. Por eso, el Ayuntamiento les entregó unos premios en una gala celebrada bajo el paraguas de Erandio como ciudad educadora. “El municipio goza del reconocimiento de ciudad educadora y eso se ha conseguido gracias al compromiso de las diferentes instituciones, asociaciones y personas que hacen de Erandio un lugar donde nadie se queda atrás”, destacó la alcaldesa, Aitziber Oliban.

Fue una ceremonia con muchas dosis de emoción y en la que también estuvieron presentes cinco representantes del Consejo de la Infancia. Futuro, convivencia, empatía, compañerismo, igualdad, justicia y cultura fueron algunas de las palabras que trenzaron el desarrollo de la gala. “El deporte bien enfocado es una escuela de lealtad y solidaridad”, proclamó Ainhoa Zurinaga, presidenta de Lutxana Arraun Elkartea. Ha sido directiva, entrenadora, patrona, remera… “Pero la parte del currículo que más me enorgullece es la de educadora en valores”, reconoció Ainhoa reforzando la idea de que el deporte es más que deporte. Y más en un club de remo como el Lutxana, que es una referencia en el ámbito de la igualdad.

Sin duda, para que nadie se quede atrás trabaja Ausartzen, que “acompaña a los jóvenes de Erandio en situaciones de vulnerabilidad”, como recordaron Eider y Zuriñe, al recoger el premio en nombre de la asociación. “El mayor reto que tenemos es hacer hincapié en las familias, porque hay barreras y dificultades que les complican participar en la educación de sus hijos, como el idioma o las tecnologías”, admitieron estas dos integrantes de Ausartzen, que nació hace ocho años cuando Maristas fundó su obra social en Erandio y “vio que la franja de edad de la adolescencia era la que más necesidades tenía”, tal y como recapitularon Eider y Zuriñe.

Y mirando más hacia atrás: hace 25 años que comenzaron a sonar acompasadas las voces del coro Mendibaiarte. Se fundó como una sección de la Sociedad Recreativa, Cultural, Deportiva y Gastronómica Mendibaiarte, en Altzaga, hasta que, en octubre de 2005, se amplió el otxote y se creó Mendibaiarte Abesbatza, un grupo de voces graves. Nació con la intención de prolongar fuera de los locales de la sociedad la mentalidad de la misma: solidaridad, compañerismo, pasarlo bien y cantar mientras se toman unos txikitos… Pero estos hombres han alegrado múltiples eventos y actuaciones locales, estatales e internacionales. “Nos juntamos para pasarlo bien y nos gusta llevar nuestras canciones y el nombre de Erandio por los pueblos”, aseguró Roberto. Pero el hecho de que, además, cantan de maravilla quedó demostrado en la gala, ya que brindaron una pequeña actuación.Con sentimiento

Dos de las ovaciones más sentidas de la noche fueron para los miembros de Protección Civil -su iniciativa No vuelvas a casa sola o solo fue galardonada-, y para Felipe Agirre, el primer dantzari del día de la Amatxu de Begoña, que fue reconocido por su trayectoria. En el primer caso, la idea de los voluntarios de Protección Civil surgió para prevenir agresiones sexistas y para regresar a casa con seguridad después de fiestas patronales, pero este servicio se ha generalizado hoy en día bajo el lema No vuelvas a casa sola o solo. Así, cada fin de semana, Protección Civil de Erandio pone a disposición de quien lo solicite el servicio nocturno de acompañamientos dentro del municipio. “Dos chicas nos pidieron en fiestas de Astrabudua si podíamos acompañarlas a casa”, confirmaron en la gala Virginia y Sofía, que tuvieron palabras de cariño para el “gran equipo” que conforma Protección Civil en la localidad y que dedicaron “un reconocimiento especial para el jefe de la Policía Local, quien nos facilita el trabajo y nos valora”.

Por otro lado, Felipe Agirre despertó la ternura entre los asistentes a la entrega de premios. A sus 84 años sigue residiendo en Astrabudua. Fue el primer dantzari del día de la Amatxu de Begoña. Se ofreció él mismo para bailar el aurresku de honor a la salida de misa de la basílica y luego, lo bailó durante 12 años. Instauró una tradición que continúa hasta hoy. Concurrió a las primeras elecciones municipales en Bilbao y ejerció las labores de concejal entre 1979 y 1983. Permaneció nueve años exiliado en Baiona, donde participó en grupos de danza, y a su vuelta se dedicó con el entusiasmo que le caracteriza a enseñar danzas vascas a los más jóvenes.

“No tengo palabras para explicar lo que significa el aurresku para mí”, aseguró en la velada, donde también contó una anécdota: “En una actuación, apareció la Guardia Civil y uno de ellos sacó el lacito que había que poner entonces a la bandera que llevábamos para bailar. En el primer baile salió volando”. La propia alcaldesa enfatizó “la vida de guarda y transmisión de valores” de Felipe, que en esta gala tuvo su aurresku, como los demás premiados. Esta vez y después de tantas y tantas en el otro lado, era él quien lo recibía -y la txapela del dantzari tomó su dirección, por supuesto-.