Ondarroa - La fecha del 8 de marzo de 2016 quedó marcada para siempre en Ondarroa. El derrumbe de una ladera en Kamiñalde motivó que un total de 179 familias tuvieran que abandonar sus hogares a toda prisa y las administraciones públicas, con el Ayuntamiento a la cabeza, tuvieron que actuar contrarreloj en diferentes ámbitos para solventar un incidente que ha tenido un coste de 14 millones de euros. El Consistorio ondarrutarra, con EH Bildu y PNV compartiendo un mismo acto ayer por la tarde en el que se dieron por terminados los trabajos, puede por fin dar carpetazo “a una pesadilla” que ha durado poco más de tres años de obras.

El alto coste para la recuperación de Kamiñalde, que ayer vio como se abría el vial para los automóviles y los peatones, ha resultado “una pesada carga” para el Ayuntamiento, ya fuera desde la vertiente técnica como la económica, según señaló el alcalde, Zunbeltz Bedialauneta. El Ayuntamiento costero aseguró que el coste de la recuperación del barrio -que tras su rehabilitación ha podido ganar un aparcamiento con 70 estacionamientos- ha ascendido a 14 millones de euros, repartidos de la siguiente forma: la administración local ha destinado 7 millones de euros del total de la factura; el Gobierno vasco 3,2 millones de euros; la Diputación Foral de Bizkaia 2,5 millones y el Gobierno español 2,18 millones de euros.

Un total de 179 familias resultaron afectadas por el derrumbe de Kamiñalde -incluso teniendo que dejar sus casas y alojarse en viviendas de familiares-, cuyas obras de estabilización de la ladera están prácticamente concluidas, aunque habrá que esperar una semana más para que los trabajos sean considerados como terminados de forma efectiva. La mayoría de los vecinos pudieron ir volviendo de forma paulatina a sus viviendas, si bien el Ayuntamiento tuvo que activar un paquete de ayudas, entre las que se incluyeron ayudas al alquiler, toda vez que Alokabide costeó los primeros seis meses de arrendamiento a los damnificados y sufragó la mitad del mismo, al menos hasta marzo de 2018. De la misma forma se han sufragado arreglos en los inmuebles, de hasta 80.000 euros por casa.

“Los últimos trabajos han tenido un importante efecto”, señalaron desde el Ayuntamiento, ya que “han generado importantes molestias a a los vecinos”, evidenciaron desde el Consistorio. Es por ello que prevén reclamar a la UTE Kamiñalde -que ha ejecutado los trabajos- que limpie la suciedad dejada en las fachadas de las viviendas.