La muerte de un padre es un golpe duro que cambia la perspectiva de cualquier persona. Varía la forma de ver la vida, se perciben de otra manera las enseñanzas que a lo largo de su vida el progenitor fue dando a su entorno y, en el caso del barakaldarra Carlos Télez, además de todo lo anteriormente citado, la muerte de su padre fue un elemento clave en lo que es su tercera novela, La Habitación de los Sueños Rotos. "Estaba escribiendo la novela y mi padre enfermó y, posteriormente, falleció. Eso fue determinante para contextualizar parte de la trama de esta novela. Tenía una relación muy especial con él y decidí acompañarle en los momentos de la enfermedad. Todo lo que yo viví en esa época lo he trasladado a una parte del desenlace. Sin ser una novela autobiográfica, sí es cierto que es mi trabajo más personal", explica Carlos quien, como es costumbre en él, ya tenía perfilada la novela mientras estaba escribiendo su segunda novela, La Herida.

Así, con todas esas influencias de lo vivido en carne propia y, en parte, como válvula de escape frente a lo que estaba viviendo, Carlos creó un relato en el que el protagonista no tiene voz, pero en el que su historia se cuenta a través de los testimonios de las personas que le visitan en su habitación. "La creación de esta novela ha sido un reto para mí porque he querido dar un giro respecto a cómo había escrito mis dos obras anteriores y la estructura, el hecho de que el protagonista no hable es peculiar", indica este barakaldarra que comenzó a escribir esta obra en pleno confinamiento. Por ello, las primeras semanas en las que se puso ante el folio en blanco, la creación literaria estuvo muy por encima de lo que es habitual y, en total, tardó cerca de nueve meses en escribir esta novela que ha autoeditado y que se publicó a mediados del pasado mes de enero. "Ha sido un proceso de escritura más rápido que el de otras obras. Esta novela es de transición para mí porque he cambiado de temática", reconoce el escritor barakaldarra. Y es que tanto en El Hijo de la Huída como La Herida, la música tenía un papel protagonista y, ahora, esta nueva historia es más dramática. "Todas las ideas para mis trabajos surgen de forma espontánea y natural y, aunque me base en hechos reales en muchos casos, sí es cierto que introduzco toques ficticios para adaptar todo a la historia que quiero contar", indica este hombre de 46 años que desde muy joven ha sido un apasionado de la literatura.

Esa espontaneidad y naturalidad con la que fluyen los argumentos en base a los que escribe sus obras hacen que quienes más conocen a Carlos Télez puedan ver en algunas situaciones de sus obras hechos que les suenen familiares. "Es muy posible que quienes me conozcan reconozcan partes de algunas anécdotas y situaciones que narro en esta novela", indica Télez para quien cada novela que escribe es una manera de demostrarse que es capaz de, en base a sus vivencias y su imaginación, contar historias que atraigan la atención de los demás y que les entretengan. "Mi objetivo es que la gente se entretenga y disfrute leyendo lo que yo escribo. Si se divierten y se evaden con mis textos, yo ya estoy feliz porque ese es mi propósito, además de divertirme yo escribiendo", señala Carlos. Por ello, las últimas semanas están siendo muy especiales para él, ya que está recibiendo las primeras opiniones de quienes han leído ya La Habitación de los Sueños Rotos. "La verdad es que, de momento, la novela está teniendo una acogida muy buena. Estoy bastante expectante por cómo recibirán mis lectores habituales el cambio de registro que he realizado en esta obra", reconoce este barakaldarra que ya está escribiendo la que será su cuarta novela.

Siguiente reto

Para crear esa nueva obra, Carlos se inspiró en el testimonio de una persona cercana. Así fue como nació el personaje de Alba, la protagonista de esta obra que aún no tiene el título definido. "Alba es una persona que quiere huir de un entorno tóxico y la trama, aunque tiene base en un testimonio real, tendrá ingredientes de género fantástico", especifica Carlos. Esa nueva novela también supondrá una pequeña vuelta a sus raíces literarias, ya que la música volverá a gozar de un importante peso específico en la trama, ya que actuará tanto como escenario como de acompañante de lo que suceda. De esta manera, Carlos sigue alimentándose de sus vivencias y de las de su entorno para regalar a los demás historias que emocionen y conmuevan.