Sentían “el pálpito de que aquel pinar y posteriormente zarzal escondía una joya” y vaya si se ha cumplido la intuición de la asociación Orexinal, que ha impulsado la puesta en valor del Cerro del Castillo de Balmaseda. Las pruebas del carbono 14 practicadas en los vestigios de la fortaleza identificados como de mayor antigüedad han determinado que su construcción se remonta a mediados del siglo X. “Estamos ante la datación conocida más antigua de un castillo medieval en Euskadi”, afirma el doctor en Arqueología José Luis Solaun, de la Cátedra Unesco de Paisajes Culturales y Patrimonio de la Universidad del País Vasco, que en junio excavó en la zona en el marco de un convenio suscrito con el Ayuntamiento.

Los datos son “concluyentes”. Combinando las dos muestras que han arrojado resultados fiables se obtiene un arco cronológico “entre los años 940 y 978” anterior a otros castillos similares, como el alavés de Portilla. Una certeza que replantea la historia de la villa desde la perspectiva de la arqueología. Y es que los estudios “se han cimentado sobre todo a través de las fuentes escritas pese a que desde los años noventa se han desarrollado cuarenta intervenciones” sobre el terreno en el casco histórico.

Aún en una fase “embrionaria” de la investigación, surgen las incógnitas de “¿quién mandó levantarlo y para qué?”. “Más allá de defensa y residencia, estos castillos se erigieron como fortalezas de un distrito administrativo”, describe. “El rey Sancho III de Pamplona gestionaba un sistema de tenencias. Es decir, circunscripciones” en una sociedad de fronteras cambiantes. En una carta de arras de 1040 el monarca cedía a su esposa Estefanía “varios distritos como Tudela, Sámano, Mena o Colindres y más tarde aparecería la tenencia de Bizkaia”. Balmaseda no se nombra, “por eso creyeron que en aquella época no había castillo”. Entonces, ¿a cuál pertenecía? Por cercanía, “quizás a Tudela o Mena, pero podría ser cualquiera”. Las fuentes documentales la vinculan con Mena “a través de Lope Sánchez de Mena, señor de Bortedo” quien promovió la elevación de su estatus a villa. Todo parece indicar que “formaba parte del linaje de los Sánchez de Mena que comandaron la tenencia de Mena entre 1085 y 1130”. Planteamientos que deberán verificar futuros avances en el trabajo que arranca de forma tan prometedora.

Modificaciones en el XIX

Se cree que el castillo “pudo estar funcionando hasta la segunda mitad del siglo XVI”, aunque las transformaciones más profundas se producirían por las guerras carlistas. De hecho, “el 95% de los restos” corresponden al siglo XIX. En 1835 los liberales reconstruyeron la fortaleza en base a un proyecto cuyos planos se han conservado, “con una torre que se desmochó para rebajar su altura reutilizando la piedra y evitar el fuego de artillería y más larga”. Una obra “al gusto neomedieval de muy importante calidad técnica, ejecutada por canteros especializados”.

Un año después, tras un breve intervalo de dominio carlista se acometió una segunda obra “con una técnica excepcional” incorporando un cuartel para alojamiento de las tropas, que hasta entonces se hospedaban en la villa. “Representa el gran avance de este fuerte y fue destruido por los propios liberales cuando marcharon a proteger Villasana de Mena”, detalla José Luis Solaun. En 1838 los carlistas lo reconstruyeron y, finalmente, en junio de 1839 abandonaron Balmaseda no sin antes volar la fortaleza. De ahí data el aspecto conocido a día de hoy, deteriorado por la maleza hasta que la asociación cultural Orexinal situó al Cerro del Castillo como piedra angular del patrimonio local.

Más trabajos y web para 2022

Con la subvención del Gobierno vasco confirmada para proseguir con la intervención arqueológica el próximo verano, que permitirá observar los trabajos, el equipo debate hacia dónde enfocar el trabajo: si explorar la parte alta donde se dio con las referencias medievales o centrarse en otras. “Nos replanteamos dónde excavar partiendo de las evidencias”, indica José Luis Solaun. “Y, a cada paso, consolidar lo que vamos descubriendo”, añade el investigador de la Universidad del País Vasco y miembro de la cátedra Unesco del Paisaje y Patrimonio Urtzi Llano.

La ciudadanía estará al tanto de estos avances en una página web con material actualizado que se presentará “en torno al aniversario de la fundación de la villa, el 24 de enero”, avanza el concejal de Cultura, Ander Rivero. Además, el fin de semana del 22 de enero se organizarán visitas guiadas para divulgar las actuaciones actuales, que siguen la estela de María José Torrecilla, Iñaki García Camino y Juan Manuel González Cembellín en los años noventa. Junto a la excavación se han efectuado prospecciones metálicas, análisis estratigráficos de los alzados o un estudio con georradar en tres dimensiones para buscar estructuras bajo tierra.