El reloj marcaba ayer algo más de las 11.00 horas cuando el cielo se cerró para descargar, primero, una fortísima granizada y, después, una importante tromba de agua. Era un episodio más dentro de una jornada marcada por los chaparrones. Llovía sobre mojado. Pero a pesar del potente aguacero, la jornada de ayer era el día en el que los colectivos feministas de Ezkerraldea y Meatzaldea saldrían a defender una sociedad igualitaria y sin violencia hacia las mujeres por el mero hecho de serlo. Porque, por desgracia, en este aspecto, también llueve sobre mojado y la tormenta no parece cesar. Por todo ello, decenas de mujeres tiñeron de morado las calles de la comarca con motivo de la XXII edición de la Marcha de Mujeres de Ezkerraldea y Meatzaldea. El punto de partida fue la plaza del Kasko de Sestao y este lugar de inicio de la marcha no fue, ni mucho menos, casual. La localidad sestaoarra vio cómo el pasado 12 de febrero, Conchi, una vecina del municipio moría asesinada en un nuevo episodio de violencia machista. “Este año teníamos que salir desde aquí, de Sestao, explicaba Mireia Sáiz, representante de Argitan, uno de los 20 colectivos representados en esta marcha. Como novedad, en esta edición de la iniciativa tomó parte Iris Taldea Sestao, una entidad que defiende los derechos del colectivo LGTBQI+. “El movimiento feminista es transinclusivo y genera mucha riqueza que Iris Taldea se haya sumado porque juntas somos más fuertes. Los derechos de las personas LGTBQI+ están siendo vulnerados, se necesita un cambio social y estamos convencidas de ello”, aseguró Sáiz.

Las manecillas del reloj se colocaron en las 11.30 horas y, con ello, la marcha dio sus primeros pasos. El acto estaba encabezado por una pancarta que rezaba Indarkeria Matxistaren Aurka Erantzunak eta Erresistentziak! ¡Respuestas y Resistencias!. “El movimiento feminista está más fuerte que nunca y esa fortaleza, ese avance, está haciendo que se genere mucha resistencia e incluso violencia en contra de nuestro avance. Nosotras no vamos a parar y es muy necesario que estemos en esta marcha de mujeres porque, por desgracia, seguimos viviendo en un sistema y una sociedad que nos agrede y nos discrimina por el hecho de ser mujeres”, indicó Sáiz. Por todo ello, las participantes en esta marcha dieron pasos firmes y constantes hacia el punto de llegada, ubicado en el parque Gernika de Santurtzi. Con sus voces quisieron hacer llegar a todos los rincones de Sestao, Portugalete y Santurtzi la necesidad de cambios en la sociedad a todos los niveles para que sea un ámbito igualitario. Así, a lo largo de la marcha se pudieron escuchar consignas como Si tocan a una, respondemos todas y Las leyes, los jueces, también son cómplices. Mientras todo esto resonaba, el acto tenía un acompañante tan intermitente como impertinente; la lluvia. Aunque dejó algunos momentos de respiro, el sirimiri o, directamente, los pequeños chaparrones hicieron acto de presencia en distintos momentos de la marcha.

Todo ello hizo que se redujese, sobremanera, el número de mujeres asistentes a esta actividad que se ha convertido en todo un clásico de las reivindicaciones del movimiento feminista de Ezkerraldea y Meatzaldea. Pese a todo, la marcha fue ganando en participantes a medida que iba cubriendo el camino que separa la plaza del Kasko de Sestao y el parque Gernika de Santurtzi. Por ejemplo, en Repelega se sumó un grupo de mujeres jarrilleras que no quiso perderse esta actividad, aunque no la pudiesen llevar a cabo desde el comienzo. Además del recuerdo de Conchi, las participantes tenían bien presente la última agresión machista denunciada en la jornada del viernes en Barakaldo. “Es un hecho que no podemos dejar pasar, siempre decimos que no se puede dejar ni una sola agresión sin respuesta y lo ocurrido en Barakaldo hace que tenga más sentido si cabe participar en esta marcha”, indicó Mireia Sáiz. Una vez se adentró en Portugalete a través del barrio de Repelega, la comitiva se pudo encontrar diversos mensajes y pancartas que condenaban la violencia hacia las mujeres. Uno de ellos era la pancarta que lucía la entrada del colegio Trueba y que decía Truebak Ezetz Dio. Por su parte, las integrantes de Lore More colocaron en puntos céntricos de la noble villa jarrillera esquelas que hacían recordar que 67 mujeres han sido asesinadas en el Estado a manos de sus parejas y que en Euskal Herria la sinrazón de la violencia machista ha segado la vida de cinco mujeres en lo que va de año.

Tomando la Avenida Carlos VII primero y la Avenida Abaro después, la marcha se fue aproximando a Santurtzi y ya en la localidad marinera la marcha tomó rumbo rápidamente al parque Gernika. Allí, por fin a cubierto, se vivieron los últimos compases de la marcha con la lectura de un manifiesto. “Mostramos nuestra rabia y nuestro hartazgo, pero también mostramos nuestra fuerza. Vamos a responde y a generar nuevas estrategias de resistencia y lucha colectiva ante esta violencia machista que nos atraviesa a las mujeres; violencia que es consecuencia de las desigualdades y la discriminación estructural que sufrimos día tras día en nuestras vidas y que también tiene consecuencias en las vidas de nuestras criaturas”, rezaba parte del comunicado elaborado por la veintena de colectivos de mujeres y feministas de Ezkerraldea y Meatzaldea que se sumaron a esta marcha.

De esta manera, las calles de Ezkerraldea fueron testigo y escenario, un año más, de una marea morada que volvió a llevar a todos los rincones la reivindicación de una sociedad más igualitaria en las que las mujeres no tengan que sentirse inseguras, ni sean víctimas de agresiones de todo tipo por el mero hecho de serlo. Esa reivindicación y esas proclamas no las consiguió frenar ni el chaparrón que, en la mañana de ayer, fue un invitado tan indeseado como intermitente en esta marcha que da imagen de la fuerza del feminismo tanto en Ezkerraldea como en Meatzaldea.