En 2013, un grupo de santurtziarras se lanzó a la piscina y con el firme propósito de acercar a la ciudadanía de Santurtzi el mundo del cine y los cortometrajes pusieron en marcha el festival Santurzine llenos de ilusión y de ideas por desarrollar. Esta cita ya ha alcanzado su novena edición que se celebrará entre los días 1 y 16 de octubre y su director, Iñigo Cobo, reconoce que el festival Santurzine "se ha convertido en una actividad cultural clásica de Santurtzi".

Santurzine es un festival no solo consolidado, sino un referente en la agenda cultural santurtziarra.

—Sí, comenzamos en 2013 por lo que esta que se celebrará del 1 al 16 de octubre será la novena edición. Da un poquito de vértigo mirar hacia atrás, tenemos un público fiel y, aunque aún hay gente que no nos conoce, Santurzine se ha convertido en una cita clásica de nuestro municipio.

Con el paso de los años han ido creando marca, cosas características de Santurzine como, por ejemplo, la estatuilla que entregan con forma de raspa de sardina, sus colaboraciones con Amnistía Internacional...

—Nosotros teníamos y tenemos claro que no se podía hacer un festival por el mero hecho de hacerlo, tenemos que aportar cosas distintas que nos motiven y que motiven tanto al público como a los creadores. Por eso, hemos puesto en marcha iniciativas como la sección Ibiltariak que hacemos junto a Amnistía Internacional y que el pasado año dio el salto a la Universidad de Deusto en Bilbao y Donostia. Colaboramos con otros festivales, hemos hecho y volveremos a hacer un encuentro de la industria audiovisual vasca... Santurzine cada vez tiene más vertientes y todas ellas nos apasionan.

El festival ha evolucionado muchísimo en estas nueve ediciones. ¿Esperaban algo así cuando comenzaron a trabajar en el proyecto hace casi una década?

—La verdad es que no, pero este festival es tan moldeable que es casi como un campo de juegos. Se prueban cosas y si funcionan, pues genial. De todas las cosas que probamos, unas se quedan y otras no, pero lo que es seguro es que cada año el festival intenta incorporar novedades.

Ya han abierto el plazo de recepción de cortometrajes para la novena edición del festival. ¿Nota a la gente animada a crear?

—Ha sido una gratísima sorpresa porque en las dos semanas que han transcurrido desde que se abriese el plazo de presentación de cortometrajes hemos recibido más de 200 obras. La gente, quizá por la situación que estamos viviendo, está más creativa o decidida a rodar cortos. El plazo de recepción de trabajos estará abierto hasta el 20 de julio en las secciones Estatal, Ibiltariak, Kalean y Euskal Pantailak. Para la Sección Santurtzi estará abierto el plazo hasta el 12 de septiembre.

Supongo que organizar el festival en la actual situación de incertidumbre no será nada fácil.

—Ahora estamos dando los primeros pasos en la organización de lo que será la novena edición de Santurzine. Tenemos claro que vamos a ser prudentes y vamos a ir viendo en cada momento qué se puede y qué no se puede hacer de cara al próximo mes de octubre. El año pasado nos costó mucho por todos los protocolos que había que llevar a cabo y, todo ello, agravado porque nosotros somos un festival en el que una de sus actividades principales es la proyección de los cortos en los bares. Pese a todo, se hicieron esas proyecciones bajo inscripción previa de los asistentes e hicimos la gala de entrega de premios en el SKA. Este año haremos lo que la situación nos permita, ojalá las cosas vayan bien y pueda ser más que lo que se hizo el año pasado.

El año pasado, a pesar de los pesares, sacaron adelante la octava edición. ¿Cree que eso fue un impulso al proyecto de Santurzine?

—Creo que sí porque en esta situación tan complicada, se vio que tenemos un público fiel. A pesar de la situación tan complicada que se vivía el pasado mes de octubre, la gente seguía viniendo a las proyecciones, asistió a la gala de entrega de premios... Eso es muy positivo y es reconfortante. Santurzine fue de los pocos eventos culturales que se pudo llevar a cabo el pasado año en Santurtzi y fue gratificante sacarlo adelante.

Les quedan por delante cuatro meses duros de trabajo.

—Sí, habrá que continuar recibiendo obras, de hecho, ya nos hemos puesto a visionar algunas de las 200 que hemos recibido, y, por otro lado, empezar a perfilar lo que se hará en esta edición. Tenemos claro el mapa de cosas que se harán y ahora quedan por cerrar varios aspectos. Repetiremos Santurtzi Zine Lantegia, que hará que Santurtzi sea el punto de encuentro de la industria cinematográfica vasca. Queremos que se cree una red, que la gente del sector siga conociéndose. Hasta ahora se había mirado hacia el entorno, pero no habíamos mirado a nuestro sector y lo que define a Santurzine es su afán por unir a las personas, ya sea del sector de la hostelería, de la industria del cine... Queremos que Santurzine sirva para unir a personas.

Y Santurzine también busca hacer pueblo, de ahí la Sección Santurtzi.

—Queríamos que la gente de Santurtzi se acercase a la creación de cortometrajes y creo que lo hemos conseguido. De hecho, hay personas que han rodado ya más cortometrajes que otra gente que pertenece al sector. Lo bonito es que la gente se anime, ruede su historia, se divierta y participe. Ese es nuestro propósito.

"Tenemos claro que debemos aportar cosas distintas que motiven tanto al público como a los creadores de cortometrajes"

"En las dos semanas que han pasado desde que se abriese la recepción de obras, hemos recibido más de 200 cortometrajes"