El fuego incontrolado de los bosques, sean estos de especies propias de la silvicultura industrial como de fronda autóctona, es un notorio aliado del cambio climático que atenaza a la humanidad por cuanto priva a la naturaleza de unos de los mejores reguladores del CO2 como son los ejemplares que componen la foresta. Una situación que vivió de manera significativa el municipio de Muskiz en enero de 2019 con el incendio que desde la zona de Pobeña arrasó con cerca de 100 hectáreas quedándose a las puertas del poblado minero de La Arboleda en Trapagaran tras arrasar con gran cantidad de arbolado y sotobosque de Abanto-Zierbena y de Ortuella.

Una catástrofe ambiental que desde el Ayuntamiento de Muskiz se intenta minorar gracias a actuaciones que se suman a las llevadas en los parajes denominados Calleja Verde y Minas de Carrascal y que alcanzarán una extensión global de repoblación con especies autóctonas de unas 7,2 hectáreas de terreno, equivalente a la superficie de diez campos de fútbol.

"Este proyecto tiene como objetivo convertir este entorno en un espacio verde que contribuirá a mitigar los efectos del cambio climático ya que permitirán capturar de la atmósfera 970 toneladas de CO2. Para la realización de los trabajos, dirigidos por la empresa Sylvestris, se va a contar con ocho personas, dos de ellas pertenecientes a colectivos vulnerables, impulsando el empleo local y la contratación de empresas de la zona", destacó el alcalde de Muskiz, Borja Liaño.

5.500 árboles

El proyecto supone la reforestación de 7,2 hectáreas de terreno y la plantación de 5.500 árboles. Una actuación que contará con el apoyo de la Fundación Repsol que aportará 60.000 euros, y del Ayuntamiento de Muskiz que colaborará con otros 18.000 euros para posibilitar la reintroducción en estos parajes de unos 5.500 retoños de especies propias del bosque autóctono. Otro aspecto a destacar es que serán contratadas personas desempleadas que, tras un periodo de formación, realizarán las tareas de auxiliar forestalista. El convenio que ampara esta intervención tendrá una duración de cinco años, tiempo en el que realizarán las acciones necesarias para proteger la plantación, tras el cual los árboles tendrán un porte adecuado que garantice la viabilidad y crecimiento. Esta sistemática conseguirá además la certificación de sostenibilidad por la fijación de CO2, capturado del aire, en la masa forestal durante su crecimiento.

La Diputación Foral de Bizkaia ha llevado a cabo los trabajos de limpieza y preparación previa del terreno. Además, una vez realizada la reforestación, se encargará de conservar el bosque para evitar la expansión de especies invasoras y proteger el espacio ante usos indebidos e incendios. Asimismo, el proyecto contempla el desarrollo de trabajos de mantenimiento por parte de Sylvestris durante los próximos tres años, para afianzar la conservación de las especies plantadas.

Por su parte, el alcalde de Muskiz, Borja Liaño, ha expresado que para el Ayuntamiento "una de las prioridades es la reforestación con árboles autóctonos". "Con esta acción, que se va a realizar en una zona del monte de Mello, continuamos en la línea que se lleva trabajando desde el Consistorio y la Diputación Foral de Bizkaia para buscar un equilibrio entre el aprovechamiento forestal y el bosque autóctono", dijo ayer miércoles. Por su parte, la representante de Petronor, Matilde García, incidió en que este proyecto se enmarca en la estrategia de la empresa en la "descarbonización que busca una disminución de emisiones de CO2 para lograr el objetivo de neutralidad climática".