A cuadros y no de arrantzal precisamente se quedó Begoña Higuero cuando el Gobierno central decretó el pasado mes de marzo de 2020 el estado de alarma que amparaba el confinamiento general de la ciudadanía y cerraba todos los comercios que no fueran esenciales para evitar la expansión del covid-19. No en vano, Begoña acababa de poner en marcha a principios de año un pequeño proyecto empresarial con el que había soñado toda su vida: un taller de diseño, corte y confección especializado en ropa infantil y ropa festiva tradicional vasca. Un proyecto que empezó a tomar forma en su casa con una máquina de coser de maleta con la que confeccionaba la ropa para su hijo Kaiet, que ahora cuenta con seis años, y que como reconoce Begoña, sigue siendo su mejor modelo para la ropa infantil y festiva de su incipiente muestrario. “Yo llevo toda mi vida laboral trabajando en confección. Acabé la enseñanza obligatoria en el C.P. Otxartaga y el bachiller en el Instituto Dolores Ibarruri y de allí ya me apunté a una academia donde hice patronaje industrial tras lo cual empecé a trabajar como cortadora en un taller que había aquí en Ortuella”, recuerda esta joven madre que vio como su empresa se veía sometida de pronto a los designios de las restricciones impuestas para luchar contra la pandemia.“La verdad es que fue un pequeño shock porque acababa de poner en marcha la empresa tras haber realizado el plan de empresa en el Behargintza de Meatzaldea y ya había hecho las inversiones en la maquinaria mínima que necesitaba y claro mi marca, Eskaleak (Mendigos), se quedaba de golpe sin fiestas con lo cual,... te puedes imaginar”, señala esta joven ortuellarra que no se rindió ante la adversidad de tener que parar su producción y sus ventas a comercios ante la fulminante desaparición del calendario de todas las fiestas y festejos populares. Sin embargo, no todo fue negativo en este periodo de pandemia y desescalada a cuentagotas ya que Begoña no dudó en poner al servicio de los demás su infraestructura para ayudar a sus vecinos a conseguir mascarillas.

Mascarillas

“Al principio del confinamiento uno de mis proveedores me comentó que tenían una tela que había obtenido las certificaciones para ser usada como mascarilla higiénica. Me interesé inicialmente por el círculo más próximo para solventar la falta de mascarillas. Compré la tela y a través de las redes sociales algunas personas se enteraron y me animaron a ayudarles para confeccionarlas para repartirlas a personas de los barrios y a gente mayor. Yo les hice al trabajo de corte y ellos se encargaron de la confección y el reparto”, rememora Higuero que con anterioridad ya había hecho una acción similar confeccionando batas con bolsas de plástico negro que fueron repartidas en el hospital de Cruces y entre varias empresas de ambulancia.

“Las batas llevaban un velcro para el cierre y se diseñaron siguiendo las indicaciones de médicos de Cruces para evitar la manipulación. Incluso la policía municipal nos hizo un certificado para poder ir y venir al taller para hacer las bolsas”, indica esta emprendedora que recientemente obtuvo la adjudicación por parte del Ayuntamiento de Ortuella de la confección de 8.400 mascarillas higiénicas que han sido repartidas la pasada semana en los hogares del municipio minero. Una intensa actividad que, sin embargo, no ha distraído a Begoña de su emergente idea empresarial vinculada a la infancia, a las fiestas populares y a la cultura vasca. “Solo deseo que la pandemia sea pronto un recuerdo y la alegría esté otra vez en la calle”, anhela esta joven diseñadora de ropa que tiene claro que las mascarillas han sido “un paréntesis” en una empresa “pequeña que basa su desarrollo en ofrecer un producto de calidad tanto en el material como en la confección y con un diseño propio”.

“Desde que era pequeña ya sabía que me iba a dedicar a la confección y diseño de ropa. Lo tenía claro”

“Ha sido interesante colaborar con las mascarillas pero solo ha sido un párentesis en mi proyecto”

Diseñadora de ropa festiva