¿No quieres caldo?... ¡pues taza y media!”. Así definen los vecinos del entorno de la calle Artekale del polígono San Juan de Muskiz la situación que viven desde hace escasamente un mes cuando varias familias okuparon ilegalmente tres viviendas que Alokabide acababa de recuperar para su posterior adjudicación a personas inscritas en esta sociedad pública dependiente del Gobierno vasco para el desarrollo de la función social de la vivienda a través de la política de alquiler. “De momento podemos decir que la situación con los okupas no ha llegado a mayores pero la convivencia ya ha empezado a generar molestias entre los residentes de estos inmuebles y mucho nos tememos que estas puedan ir a más”, denunciaba un portavoz vecinal con el que contactó DEIA y que no quiere dar su nombre “no tanto por mí, sino porque mi coche duerme en la calle y podría ser objeto de ataques por parte” de los nuevos inquilinos.

Ante esta situación ilegal, los vecinos del bloque de edificios afectado han convocado una manifestación para la tarde del próximo martes día 22 con el fin de denunciar la okupación ilegal de estas viviendas. “Nosotros también somos inquilinos. Tuvimos que esperar para que nos adjudicasen la vivienda y tenemos que pagar religiosamente una renta mientras que esta gente le pega una patada en la puerta y ya está. Casa sin pagar un duro”, despotricaba un vecino de uno de los inmuebles okupados que, además, reclamaba medidas a las instituciones.

A esta protesta ciudadana seguro que se suman vecinos de la calle Las Acacias donde este jueves se produjo otro intento de okupación que fue desarbolado por efectivos de la Ertzaintza quienes acudieron prestos a la llamada de los vecinos residentes evitando que se consumase la usurpación de la vivienda.

Organizada

Desde el Ayuntamiento de Muskiz, el edil de Acción Social, Txus Romón, se mostró “muy preocupado” por el tema de la convivencia, al tiempo que alertó de que “hemos detectado que esta okupación está bastante organizada e incluso, por lo que nos aporta la investigación de nuestra policía local, cabe la posibilidad de que haya una organización delictiva detrás”. En este sentido, Romón explicó que en al menos una de las okupaciones, esta se llevó a cabo sin forzar la puerta de entrada “ya que contaban con la llave del inmueble que habrían adquirido en una localidad de la Margen Izquierda”. Para los vecinos no obstante, el caso se reduce a la información que una familia residente en la zona tiene de los pisos que se quedan vacíos. Según cuentan, esta familia “pasa el recado a su parentela para que los puedan okupar. De hecho en uno de los inmuebles se ha okupado un piso en un edificio donde casualmente vive un familiar”, apostilla el portavoz vecinal que denuncia “que ya son conocidas las fiestas que organizan en los garajes además de saltarse a la brava el toque de queda o el uso de mascarillas”.

Como consecuencia de estos sucesos, el Ayuntamiento de Muskiz ha remitido una carta al servicio vasco de alquiler público Alokabide en el que da cuenta de los acontecimientos y “se pide que adopten medidas como el cambio de cerraduras, para evitar nuevos casos. Además se destaca que una de las viviendas okupadas estaba ya asignada a una familia en riego de exclusión que, aunque suponemos que será reubicada, se ha quedado sin esta vivienda”, subrayó el edil. Asimismo, el concejal señaló que se está tramitando una denuncia penal contra estos inesperados inquilinos. “El miedo es que, si ya de por sí es complicado el desalojo, máxime si hay menores, es que con la nueva ley que se está tramitado en el Estado para evitar los desahucios en situación covid y las consideradas vulnerables, la cosa puede ir para largo”, planteó. A ello se suma, que a pesar de que los okupas han dado de alta todos los servicios, “una vez empadronados serán demandantes de recursos municipales”, anticipó.