Se ha convertido en uno de los símbolos de conmemoración del 25 de noviembre, Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres en Ezkerraldea y Meatzaldea y, este sábado, una veintena de colectivos feministas de ambas comarcas volverán a tomar las calles en una marcha que unirá Kabiezes y la Herriko Plaza de Barakaldo. La pandemia y las medidas sanitarias para prevenir los contagios de covid-19 marcarán este acto, pero no detendrán al movimiento feminista ni acallará sus voces.

Al contrario, para el movimiento feminista de Ezkerraldea y Meatzaldea la propia pandemia ha conllevado más situaciones de desigualdad entre hombres y mujeres y, con ello, se ha ahondado en la vulnerabilidad de las mujeres. En esta ocasión, el lema escogido por los colectivos para encabezar esta movilización es Nuestras voces, nuestra fuerza. "¡Estamos hartas! Nuestras voces, nuestra fuerzaEstamos en marcha y nos movilizamos contra las mil caras de la violencia machista: agresiones sexistas, agresiones sexuales y otros tipos de violencia como la física, psicológica, económica e institucional", señalaron desde la plataforma de Asociaciones de Mujeres y Feministas de Ezkerraldea y Meatzaldea, entidad organizadora de la marcha. La actividad, que sumará su vigesimoprimera edición, dará comienzo a las 11.30 horas desde la rotonda de Kabiezes para, tras pasar por Portugalete y Sestao, finalizar hacia las 13.00 horas en la Herriko Plaza fabril.

Según apuntaron desde la plataforma organizadora de la marcha, hasta el pasado septiembre se contabilizaron 3.253 mujeres víctimas de violencia machista, de las que más de la mitad, 1.803 fueron en Bizkaia. Además, en Euskal Herria cuatro mujeres han sido asesinadas este año, una en Iparralde, otra en Soraluze y dos que tocan especialmente a Ezkerraldea y Meatzaldea, Miren y Paola, quienes fueron asesinadas por su marido y padre respectivamente el pasado 11 de marzo en Abanto-Zierbena. Para ellas habrá un recuerdo especial en la marcha.

La actividad no solo buscará poner imagen a la desigualdad, a la lacra de la violencia machista, sino que también pondrá sobre la mesa la necesidad de políticas y acciones para acabar con la violencia. Entre todos los cambios a realizar, destacan las labores de prevención en todos los ámbitos, el empoderamiento de las mujeres y la formación feminista que permita a la sociedad combatir el machismo que, en pleno siglo XXI sigue dejando a las mujeres en situaciones de desigualdad y que, en los casos más extremos como los de Miren y Paola, mata.