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Una vuelta en la que, tal como ha sucedido con los primeros usuarios y usuarias tanto del Centro de día como del de respiro, estará marcada por la emotividad del reencuentro con sus amigos y compañeros de esta instalación municipal. “Los mayores cuando se han reintegrado al centro se lo han tomado con bastante ilusión, al igual que su familias, porque es algo diferente. Es, como yo digo, volver a coger el barco y a ver lo que nos encontramos”, califica Sánchez, que destaca que esta incertidumbre también estaba presente en el ánimo de las y los trabajadores. “Estábamos todos con esa expectativa de ver como venían de ánimo, qué podíamos hacer para que ellos se sientan a gusto lo que nos ha llevado a entregar el doscientos por ciento”, señala Sánchez, responsables de un grupo humano de una quincena de trabajadores.

Un entrega que comenzó durante el propio cierre del servicio asistencial ya que las indicaciones higiénico sanitarias subían un grado en la intensidad habitual del centro con la incorporación de medidas concretas para evitar los temidos contagios. “El primer cambio comenzó con el propio sistema de transporte con el que cuenta el centro ya que dispone de tres vehículos lo cual es una suerte porque permite mantener las distancias de seguridad ya que donde antes entraban catorce personas ahora entran seis, por lo que ha habido que readecuar los recorridos. Luego, de cara a la reapertura, se procedió a adecuar las instalaciones para poder diferenciar claramente dos grupos en función de los horarios del transporte”, añade Sánchez.

Una labor que como explican desde el centro de día tenía como objetivo primordial que las personas usuarias, a través del personal gerocultor, personal técnico y de atención no directa, pudieran llevar a cabo las actividades que realizaban normalmente. “No obstante en este proceso estamos llevando a cabo un proceso de reeducación en el tema de lavado de manos continuo, para que adquieran esa rutina, sin por ello dejar las actividades habituales. Además cada uno tiene su material propio”, remarca la responsable del centro quien destaca que los usuarios, a pesar del largo confinamiento y los horarios limitados que tuvieron para salir a la calle en las fases previas, “han vuelto muy tranquilos en general, si bien es cierto que acuden con una cierta incertidumbre de lo que va a pasar pero incluso ayudando porque, por ejemplo, el tema de la mascarilla es algo que no llevan muy bien, pero se adaptan de maravilla. Son unos campeones”, resalta Patricia Sánchez que ensalza también la labor llevada a cabo por el concejal de Bienestar Social, Txus Romón “que ha estado a diario encima de todo lo referente al centro y los elementos higiénico sanitario necesarios para que los mayores estén seguros”. No obstante, en todas las situaciones de la vida suele haber un pero y en este caso es el contacto humano. “Nos cuesta mucho no achucharles”.