Con los acordes de On the floor, de Jennifer López y Pitbull, David Bas se despidió el 9 de mayo de sus vecinos de Loibe. Había pensado decir agur a la música en el balcón con “Suéltalo, de la película Frozen”, pero “la queja de un vecino” interrumpió la sesión. Este abrupto final no empaña el agradecimiento de la comunidad por haberles amenizado la cuarentena. Residente en este barrio de Alonsotegi desde hace 17 años, de estas semanas se queda con “el buen ambiente” generado en la zona y el acercamiento a “personas que conocía solo de vista”.

David Bas empezó a trabajar como fotógrafo en conocidas discotecas hace cinco años, plasmando al disc jockey, las salas y “al público que me lo va pidiendo en la pista, para que luego se lo descarguen de Facebook”. Ese entorno “es difícil en el aspecto técnico porque está oscuro, cuesta enfocar debido a la poca luz, hay que jugar con velocidades y parámetros de la cámara...”. La música surgió “más como afición: he pinchado en la sala Venecia cuando se organizaba el bumping festival o en Mao Mao Beach en fiestas remember”. La adquisición de un equipo de sonido propio le permitió animar fiestas de cumpleaños de sus amistades, pero jamás sospechó que haría bailar a sus vecinos en medio de una pandemia.

Cuando, a mediados de marzo, corrían los primeros días de confinamiento David reparó en iniciativas ciudadanas que reproducían música en los balcones. Decidió “sacar el equipo y probar suerte con una canción después de los aplausos de las 20.00 horas”, rememora. La jornada siguiente “puse tres temas, luego cuatro… y llegué a encadenar hasta diez y los sábados me extendía hasta una hora”. Ya a las 19.00 horas se enfrascaba en los preparativos. Y es que instalaba “cuatro altavoces, dos focos de luz, cabina, iluminación y hasta una máquina de humo”, que volvía a desmontar al terminar la sesión.

Puso su perfil de Facebook a disposición de sus convecinos “para que me pidieran canciones, dedicábamos cumpleaños y procuraba elegir también pensando en los niños”. “Rock, Camilo Sesto, Volveremos a brindar de Lucía Gil y 20 de abril de Celtas Cortos ese mismo día, entre otros hits, se entremezclaron con el éxito de las pistas de baile Flying Free o reguetón. Así, “la juventud ha podido escuchar canciones que no corresponden a su época y los mayores también”.

La clave a la hora de pinchar reside en “acertar con los temas que eliges: que no resulten muy ñoños ni demasiado movidos y tomar una línea de menos a más”. Por ejemplo, “no puedes poner una lenta a mitad de la sesión, yo siempre pongo primero las canciones más lentas o antiguas hasta culminar con la más movida”.

Futuro complicado

David desconoce cuándo y con qué protocolos sanitarios podrán reabrir las discotecas. Da por seguro que “iremos con mascarilla, limitarán el aforo y habrá que guardar una distancia”. Condiciones que anticipan un panorama “complicado”. En el sector “nos mantenemos a la expectativa, a mucha gente igual le toca reinventarse”.

Mi trabajo principal es el de fotógrafo y estoy pensando tomarme una temporada de no ir si me vuelven a llamar hasta que se aclare un poco todo”, profundiza David. Las cuatro bodas en las que iba a imprimir su sello tras la cámara “se han aplazado a 2021”. En comparación con la vorágine de las salas de fiesta los enlaces “me parecen más pausados y llevaderos, a pesar de que haya momentos críticos durante la ceremonia en los que no puedes perderte nada: el anillo o el beso”. Una vez que pasan, “todo se vuelve más fácil” y al relajarse el ambiente “suele ocurrir que quedan más bonitas las fotos que se sacan más en plan espontáneo”

“De estas semanas de música en el balcón me quedo con el buen ambiente generado”

“La clave al pinchar es acertar con los temas e ir del menos al más movido”

DJ y fotógrafo