San José de Calasanz está de enhorabuena. No todos los días se cumplen 50 años, se completa medio centenar de cursos formando a tres generaciones de personas no solo de Santurtzi, sino de todo Ezkerraldea. A lo largo de todo este tiempo han pasado entre 25.000 y 30.000 alumnos por las aulas de este centro que, desde sus primeros años, hizo una apuesta fuerte por la Formación Profesional. Apuesta que no solo ha mantenido, sino que ha redoblado hasta erigirse como uno de los principales referentes en este tipo de educación.

La historia educativa de San José de Calasanz comenzó en octubre de 1969 cuando, tras varios años perfilando el proyecto y creando las instalaciones, por fin entraron los primeros alumnos a las aulas. El colegio nació como un centro masculino, aunque pronto dio el paso hacia convertirse en un centro mixto. "Fueron comienzos duros porque había que crear una escuela de la nada, conseguir alumnos... Fue una época de mucho trabajo", reconoce Javier Moratinos, director actual del centro educativo santurtziarra. Pero superaron esas dificultades iniciales y fueron dando pasos adelante tanto a nivel metodológico como a nivel de instalaciones. Por ejemplo, en 1974 se construyó el frontón, el equipamiento deportivo por excelencia del centro y que, desde hace un par de décadas ya está cubierto. Al año siguiente, San José de Calasanz tomó una de las decisiones que, más tarde, el paso del tiempo ha desvelado como una de las más acertadas; hacer una fuerte apuesta por la Formación Profesional. "En aquellos tiempos no se apostaba por la Formación Profesional y nosotros dimos ese paso adelante. Siempre nos hemos caracterizado por ser innovadores", asegura Moratinos. En la actualidad, San José de Calasanz cuenta con una docena de ciclos de Formación Profesional a lo que hay que sumar la Educación Infantil, Primaria, Secundaria y la Formación para el Empleo.

Alumnado que ve cómo este centro está en constante evolución ya sea en cuestión metodológica como de equipamientos. Así, en el último lustro, la apuesta por un modelo metodológico en el que el trabajo en equipo y los aspectos prácticos ganan en protagonismo, ha hecho que también haya habido que adaptar las instalaciones a esa manera de ver e impartir la educación. "Necesitábamos unas instalaciones polivalentes, con unas características acordes a nuestro modelo educativo", señala el director de este centro que, recientemente, ha inaugurado un laboratorio. Este equipamiento es una muestra más de a lo que aspira este centro en el futuro; seguir innovando, continuar progresando y ofreciendo una educación y formación de referencia. En ese aspecto, cuestiones como el respeto al medio ambiente y la inteligencia emocional serán claves, además de una línea curricular que apostará por la comprensión lectora, las matemáticas y los idiomas. "Llevamos cincuenta años y esto no hubiera sido posible sin todos los docentes que han pasado por este colegio y que, con su trabajo, nos han hecho progresar", concluye Moratinos, director de San José de Calasanz, centro que está soplando las 50 velas.