Adolfo Martín, Arri, sabe muy bien lo que es que un estado totalitario censure tu obra. Lo vivió en sus propias carnes con el régimen franquista. Corría el año 1972 cuando el pintor nacido en Bermeo y criado en Portugalete se disponía a exponer su trabajo en Sestao. Como de sobra es conocido, por obra y gracia de quien mañana será exhumado, todo debía pasar por un censor y a ese señor no le parecieron correctas dos obras de Arri. Una de ellas no pasó el filtro franquista, según reza el documento oficial, por figurar en la misma “un grupo de soldados en posición de disparar”. “Esta es la obra de las que hay expuestas a la que más cariño le tengo por la historia de censura que tiene detrás. Este cuadro muestra la incapacidad de aquella dictadura. Sentí tristeza, impotencia y un gran cabreo cuando me censuraron”, reconoce Arri.

Ese lienzo censurado es hoy, 47 años y medio después de aquel episodio, el emblema de esta exposición organizada por la asociación Oroituz y que estará asentada en la Torre Salazar hasta el próximo 1 de diciembre. “Es todo un orgullo que mi obra se exponga aquí y que sirva, de alguna manera, para recuperar la memoria histórica”, señala este hombre de 87 años que sigue pintando, aunque lo haga en papeles para poder enrollarlos y no ocupar demasiado sitio en su hogar. “La labor que está desarrollando Oroituz en materia de memoria histórica es magnífica. Hay un gran equipo detrás coordinando esta actividad”, declaró el autor de las cerca de medio centenar de obras que lucen desde ayer en las plantas tercera y cuarta de la Torre Salazar. Asimismo, Arri vivió quince años en Bélgica, lugar en el que descubrió “la libertad”.

Tras esta exposición que, a buen seguro, atraerá a muchos portugalujos, no solo hay una gran labor del artista sino también un gran trabajo de Oroituz. “Es un lujo tenerle aquí. No sabíamos dónde estaba Arri, ni siquiera si seguía vivo. Por fortuna, investigando y preguntando llegamos hasta él y es una auténtica gozada que la ciudadanía pueda disfrutar hasta el próximo 1 de diciembre de parte de su excelsa obra”, explicó Imanol Heredia, miembro de Oroituz. Esta es la tercera ocasión en que la asociación jarrillera de memoria histórica organiza una muestra de este tipo y lo ha hecho siguiendo los patrones de ocasiones anteriores. En este aspecto, el autor es jarrillero, ha sido represaliado o censurado por el franquismo y ser artista. Con su arte, Arri podrá decir ahora lo que hace medio siglo la censura le calló.