Gordexola - Villa Carmen. El nombre todavía se puede leer en las columnas de piedra que dan acceso al edificio que hoy alberga el Ayuntamiento. Antes de que las dependencias municipales se instalaran allí era una de las mansiones indianas más imponentes de Gordexola. Lugar de retiro de José Arechabala Aldama en sus cada vez más prolongados viajes desde Cuba, donde había forjado un imperio con el ron Havana Club como bandera a finales del siglo XIX. Medio centenar de descendientes de este emprendedor que cruzó el Atlántico a los 14 años y sus otros seis hermanos han regresado al hogar de sus ancestros durante las fiestas de San Cosme, inmortalizando la reunión frente a la que fuera su casa.

Han movilizado para el reencuentro a parientes “de Madrid o Miami”, además de los que todavía residen aquí”, explica José Manuel Arechabala, a quien todos llaman afectuosamente Pepo, promotor de la cita. Sus nietas mellizas de 10 años fueron las participantes más jóvenes. Con distintivos en la solapa para identificar qué hijo de José María Arechabala y Juana Aldama está en el origen de su árbol genealógico -si el mencionado José o las de Isabel, Clara, Eusebio, Nicolasa, Juana o Juan- evocaron los ratos pasados en Gordexola celebrando la oportunidad de volver a verse o conocerse en persona. Y es que han mantenido el contacto a través de los boletines que José Manuel les remitía por correo electrónico dando cuenta de los progresos del programa.

Este arrancó con un responso a cargo del sacerdote de la localidad en el cementerio donde están enterrados algunos antepasados. Desde allí se dirigieron a la campa de San Juan de Berbikez para admirar las casetas de madera construidas por las cuadrillas, que todavía no se han desmantelado, y después disfrutaron de una comida. Pese a la distancia geográfica que les separa “todos sentimos Gordexola como nuestro origen, venimos todo lo que podemos y conservamos muy buena relación con los alcaldes anteriores y la alcaldesa actual”, que les han abierto las puertas del edificio consistorial.

Reflotar la empresa En el ágape no faltó el ron Arechabala 140 aniversario de la empresa que reflotaron “con el mismo accionariado y un empleado de la época que tiene 87 años” para reivindicar el sello familiar.

José Arechabala Aldama “cumplió 15 años” en el barco que le condujo a Cuba en 1862. En América fue contratado por Julián de Zulueta, empresario y político que enseguida advirtió el potencial del joven. A su muerte en 1878, Arechabala “compró una destilería en la zona de Cárdenas que bautizó como La Vizcaya”. Para entonces ya se había casado con Carmen Hurtado de Mendoza. La Carmen de Villa Carmen de Gordexola. Expandió la empresa hasta su fallecimiento en 1923, cuando ya había delegado en su hijo y pasaba largas temporadas en Enkarterri.

La revolución que derivó en la instauración del régimen de Fidel Castro obligó a varias ramas de la familia a partir al exilio, “a España, otra a Filadelfia y otra a Miami”. El 31 de diciembre de 1959 “entraron en las instalaciones y más tarde las expropiaron”. “A medias entre el gobierno cubano y una marca francesa relanzaron” su línea de bebidas alcohólicas, pero quienes llevan la sangre de José defienden su “legitimidad” sobre el famoso Havana Club y otros productos como “depositarios” de una saga a la que “arrebataron sus derechos”. Aunque no era momento de recordar los episodios más tristes de su pasado. Aparcaron el litigio para brindar por la familia Arechabala-Aldama.