Zalla - Creció en un municipio a cuyos habitantes se apoda brujos. Era cuestión de tiempo que Patxi Xabier Lezama Perier fundiera la sabiduría popular de Zalla “que he conocido y vivido en primera persona” con su trayectoria como escultor y escritor. Ambas facetas se entrecruzan en Euskal Mitologia: Historia de los mitos y deidades del universo mitológico vasco, libro autopublicado en el que se adentra en el universo más ancestral. La publicación y las obras que la acompañan “evocan la búsqueda perseverante del ser humano al interior de su alma, para rescatar valores fundamentales de nuestros orígenes primitivos”.

A los 10 años ya moldeaba “cabezas de barro, pies y manos, cuando cocíamos muñecos en la chapa de leña de toda la vida”, envuelto por las “supersticiones y leyendas sobre brujería y seres sobrenaturales” que construyen la identidad de su Zalla natal. “Se nos llama brujos, que no brujas”, matiza sin recurrir a la manida historia de Lucía de Aretxaga, cuyas artes adivinatorias despertaron recelos en el entorno cercano a la primitiva ermita de San Pantaleón (la actual data de 1766). Según se cuenta, ardió en la hoguera por orden de la Inquisición, aunque su verdadero perfil está todavía por conocerse. En su lugar, Patxi Xabier Lezama Perier menciona las habilidades extraordinarias de “un vecino y amigo de mi difunto padre que curaba las verrugas solo con mirarlas: se quitaban sin darte ningún ungüento ni crema”. “Parecen relatos de hace siglos y, qué va, hasta hace poco lo hacía su hijo, a quien transmitió sus conocimientos”, añade. Se refiere a Juanjo Trasviña, que también compartió su historia en la portada de Hemendik y tristemente ya fallecido.

Influenciado por la atmósfera de su hogar, amplía el foco hacia otras criaturas “para transmitir la mitología vasca a todo el mundo de una manera comprensible: que los lectores no lo encuentren complicado o excesivamente abstracto, pero que tampoco se vea demasiado simple como si se tratara de dibujos de niños, por eso he tardado bastante tiempo en completarlo”. En las páginas de Euskal Mitologia, Amalurra se representa como “la deidad principal, la tierra, nuestra madre”, que él ha esculpido “en forja con piedras incrustadas que dan la impresión de brotar de la tierra casi como las almas de los difuntos”. Con aspecto de “una señora elegante y maravillosa, tallada en madera de haya con una bola medieval que le he sacado en un brazo”, Mari “como que castiga a los arrogantes y mentirosos y premia a quienes creen en ella”. Y a Basajaun, el señor de los bosques, “le he mostrado con tres caras, sin ojos y como si fuera el espíritu del árbol que crece; no he querido esculpirlo como el típico Yeti, sino como el espíritu de la naturaleza”. Algunas evocan a los moais de la isla de Pascua, aunque él reniega de los clichés. Prefiere “abrir las puerta a que demos rienda suelta a la imaginación, porque nos han inculcado unos valores” que a menudo condicionan la percepción del mundo.

Madera reciclada Patxi Xabier Lezama Perier acostumbra a utilizar “madera reciclada”, poseedora de “una energía viva e historia” que perduran. A menudo se nutre de material desechado en obras. “Me acerco a ver si sobra alguna viga”, dice quien se define como “un brujo de nuestro tiempo”.

Pueden comprobarlo los lectores que accedan a su libro de mitología. Las instituciones y otros colectivos “a veces no están por la labor” de respaldar la creación literaria, “salvo que te hayas labrado un nombre destacado”. Por otro lado, el formato “me proporciona independencia”. Está promocionando la publicación en Google play, Google book, Euskaltzaindia, la red de lectura pública de Euskadi y Azkuna Zentroa “y voy depositando libros donde puedo”, afirma convertido en su propio editor.