El parque del Maestro, Moreaga o la campa de Lantzarte son algunos de los espacios verdes más destacados de Berango. Zonas urbanas pero con un gran componente natural. Sin embargo, recientemente la localidad ha sumado un nuevo equipamiento vegetal. Se trata de un jardín vertical compuesto por más de 6.000 plantas de doce especies diferentes, y de 124 metros de longitud, ubicado a la altura del número 30 de la calle Sabino Arana. Una vez concluida la segunda fase de las obras, este ecosistema ha florecido junto a la trinchera del metro, suavizando de este modo el impacto visual de la vía ferroviaria.

Este muro vegetal ha sido construido por el biólogo alicantino Ignacio Solano, que sigue así con su apuesta medioambiental incorporando el verde a todas las ciudades del planeta, y se trata de un ecosistema vertical de 240 metros cuadrados. Según destaca su autor, este muro vegetal ofrecerá múltiples beneficios a la localidad y sus vecinos, ya que “producirá el oxígeno necesario para 240 personas al año”. Además, “captará 31 kilogramos de polvo, filtrará 160 toneladas de gases nocivos y atrapará y procesará 64 kilogramos de metales pesados al año”.

Especies En su composición, la compañía de Ignacio Solano, Paisajismo Urbano, en colaboración con la empresa vizcaina Hydroforest, S.L., ha ideado minuciosamente una estrategia de plantación en la que se han seleccionado las especies más adecuadas al clima del País Vasco. Entre estas especies destacan la tulbaghia violácea, planta medicinal originaria del sur de África, o la liriope muscari, planta perenne nativa de Japón, cuyo periodo de floración es verano y otoño.

Sobre esta línea, desde la empresa responsable del muro berangotarra aseguran que el mantenimiento de este tipo de infraestructuras es relativamente sencillo. “El sistema empleado en la construcción de cada jardín vertical ayuda a mantener este tipo de jardines sin necesidad de grandes inversiones en agua ni mantenimiento y soportan las distintas condiciones y factores climatológicos como aire, lluvia, etc. Además, contribuyen a mejorar notablemente el aspecto de la arquitectura urbana”, destacan.

En este sentido, Solano asume la tarea de construir el sistema completo, un sistema que verdaderamente perdure en el tiempo con ínfimo mantenimiento. “Un ecosistema vertical se basa en la complejidad de todas las interacciones de la naturaleza en una pared: hongo-planta/ planta-planta/hongo-bacteria/ planta-hongo-bacteria? Si queremos perdurabilidad, no se puede tratar simplemente desde la jardinería, es fundamental aplicar conceptos de Biología”, resume.

Solano “no solo se dedica a la construcción de estos magníficos ecosistemas verticales”, sino también “a la divulgación y colaboración con organismos oficiales y profesionales de todo el planeta”. “Ya existían los jardines verticales pero él fue un paso más allá inventado el concepto de ecosistema vertical”, explican desde Paisajismo Urbano. “No solo construye jardines verticales, construye un elaborado sistema que perdura en el tiempo a partir de un ecosistema vertical que atiende a la complejidad de todas las interacciones de la naturaleza en una pared”, concluyen.