Hace 20 años, más de 3.000 niños y niñas enterraron sus cápsulas del tiempo a los pies del ayuntamiento de Leioa y, así, con magia, con simbolismo y con esperanza echó a andar Herrigune, el proyecto de educación en comunidad que nació y creció con una mirada desde los 1,50 metros. De ahí que iniciativas como el consejo de la infancia o Bizibideak, al cole con amigos formen parte de "esta iniciativa, que es un modelo de participación único y ejemplar", como subrayó ayer el alcalde leioaztarra, Iban Rodríguez.

Herrigune tuvo su fiesta de cumpleaños el pasado viernes y el primer edil aprovechó ayer martes para lanzar una felicitación pública, anunciar que el proyecto renueva su imagen identificativa y repasar los pasos de una experiencia que ha llamado la atención en diversos puntos del Estado. De hecho, ha sido explicada en eventos de Barcelona o Andalucía, como señaló el regidor local. "Año a año, pieza a pieza, esta idea de hacer juntos y construir en comunidad ha ido ganando fuerza y calando en Leioa. Durante estos 20 años, Herrigune ha convocado a su comunidad en numerosas ocasiones y la respuesta e implicación de este municipio siempre ha sido grande", valoró Rodríguez. Y es que los irakales o talleres para compartir conocimientos son una de las señas de identidad de Herrigune. "Compartimos información entre todos. Aprendes y aportas lo que puedes. Por ejemplo, yo al estudiar peluquería, he enseñado a hacer trenzas, y también he estado con los pequeños de un grupo para mostrarles cómo pintarse heridas para Halloween", describía hace años en las páginas de este periódico Andrea Barrenetxea, una de las jóvenes que formaba parte de Herrigune.

Compartir es la palabra que ha acompañado a esta universidad de la calleLaboratorio ciudadano es el sobrenombre que ha adoptado este programa que impulsa procesos de aprendizaje colectivos, conectando a la ciudadanía leioaztarra a partir de sus intereses y necesidades y activando iniciativas de bienestar comunitario. "Este proyecto ha servido para empoderar a personas que no tenían esa forma de socializar", agregó el alcalde. Pero Herrigune tiene más ramificaciones: ha organizado mercados de segunda mano, ha habilitado espacios de reflexión y debate, ha montado su propia radio y marca el paso en la marcha de las cebras, como las relacionadas directamente con la infancia.

Y es que el consejo de pequeños sabios lleva el sello de esta iniciativa, que sigue la filosofía de Francesco Tonucci -quien ha acudido varias veces a Leioa-. "Es algo habitual a día de hoy en varios municipios pero fue pionero en Leioa", apuntó Rodríguez. Se trata de un grupo de escolares que mantiene reuniones periódicas con el alcalde en las que tratan temas de interés para el municipio. "La mente de los niños está limpia, no está contaminada por circunstancias de la vida. Tienen esa naturalidad y espontaneidad que los adultos vamos perdiendo", comentó el mandatario leioaztarra. Por otro lado, el laboratorio ciudadano también traza y acompaña a los estudiantes en sus caminos seguros a la escuela.

Y dentro de cinco años, cuando se cumpla el 500 aniversario de la desanexión de Leioa de Erandio se desenterrarán los tesoros de esos pequeños que ahora quizás ya estén dando sus primeros pasos profesionales o engordando su carrera universitaria. Quizás están en Leioa, quizás viven en una localidad cercana o quizás labran su futuro en el extranjero... Dentro de un lustro se juntarán de nuevo para viajar al pasado y abrir las cápsulas del tiempo. Desde Herrigune ya están poniéndose en contacto con esos niños hoy ya mayorcitos. Además, hay abierto un formulario en su página web para que quienes participaron en ese acto puedan dirigirse a Herrigune.