Afirma que es coleccionista de miradas y escritor de silencios. Realmente, también pone letra para trenzar relatos a una anécdota, un recuerdo, un comentario, una historia de alguien... A cualquier momento. A la vida, en definitiva. Por eso, Cuentos de las tres edades,Cuentos de las tres edades su quinto trabajo literario publicado, es el resumen de esos instantes en los que Juan Carlos Martínez tira del hilo y entonces ya vuela la imaginación. Ocurre cuando sea, pero siempre que la inspiración se presenta en su cabeza sin cita reservada.

"Son historias que a lo largo de la vida me va contando la gente y cuando mi mente lo decide escribe; hay un momento en el que tu cerebro te dice: empieza, escribe, adelante", desvela este burgalés con una larga trayectoria vital en Getxo "Creo que la inspiración está en lo que tú has vivido, has visto, con quien te has relacionado, lo que has leído o conocido en películas€ Todo está metido en ti de una manera u otra", considera. De ahí que defienda que "muchas palabras que vemos hoy tendrán significado mañana". Así que estos cuentos de genética generacional se posan en una base real y en un tiempo más o menos lejano.

Porque esta publicación recoge narraciones que este exprofesor del instituto Julio Caro Baroja ya tenía construidas. "Si a uno le gusta escribir, tiene muchas cosas que no publica. Este libro es una selección de relatos que tengo de diez libros diferentes", apunta. Y Cuentos de las tres edades está dividido en experiencias de la infancia, la adolescencia y la madurez, que, a su vez, están ubicados en localizaciones dispares: Bilbao, Burgos, León, Nafarra, Francia, Alemania, Rusia, Kazajistán, Etiopía, Sierra Leona, Egipto... "De la infancia, hay un cuento sobre una mujer que iba a adoptar una niña kazaja. Una amiga me contó algo sobre ello de manera muy sucinta y se me ocurrió escribirlo", señala Juan Carlos.

Egipto es uno de sus lugares preferidos del mundo. "Solo he podido ir dos veces, ¡Qué lástima!", solloza. Pero con la cabeza lo visita infinitamente. "Hay dos cuentos que los sitúo en Alejandría, porque uno de mis amores platónicos es Hipatia. En mi adolescencia, siempre me impresionó y le dediqué un libro titulado Alexandria. De ahí he sacado ahora los cuentos El imbécil y El Patriota. Por ejemplo, en el primero, la protagonista habla de tres tipos de imbecilidad: la normal, que es la humana, el imbécil religioso y el imbécil político. En El Patriota, hay historias del patriota soldado, el patriota político y el patriota económico. Todo ello lo localizo en el Egipto de los Ptolomeos, pero hablando de la vida actual", explica Juan Carlos. En efecto, son figuras que tienen cabida en el hoy. La muerte y el maltrato hacia las mujeres también están presentes en esta obra. "Son temas muy actuales pero que son de la vida de siempre", admite, eso sí, el escritor. "Hay cuentos de la compasión y la buena muerte, porque con mi madre, que tiene ya 95 años, me he dado cuenta de que no hay que tenerle miedo a la muerte. También me baso en experiencias de amigos que han fallecido maravillosamente bien, pese a hacerlo de cáncer a los 50 años o como vagabundo a los 60. Pero han sabido enfrentarse a ella y decir: No pasa nada, he vivido, y también he sufrido. Porque la vida son las dos cosas", sostiene este exprofesor que siempre trata de incitar a la reflexión, de pellizcar el alma. "Si no, no escribiría", asume. "En Comiendo con mi enemigo, hablo del violador o maltratador. A la protagonista, un día tomando una copa, le hace reír un hombre que tiene don de gentes y mucha palabrería y resulta que es un maltratador nato", añade.

Son solo algunos detalles de este último trabajo del baúl de los recuerdos. "He escrito toda la vida y con esto del covid, me he puesto a sacar legajos antiguos y tengo mis poesías de los 10 años, mis cuentitos de los 11 y los 12, mi primera novela al estilo Agatha Christie a los 14. He escrito mucho para mis alumnos, pero nunca he querido publicar y ya a los 50 años, me cambia la vida, y me pongo a hacerlo", reconoce. Y ya van cinco libros editados.

"Con mi madre, que tiene ya 95 años, me he dado cuenta de que no hay que tenerle miedo a la muerte"

"Hay dos cuentos que los sitúo en Alejandría porque Hipatia es uno de mis amores platónicos"

Escritor y exprofesor de J. C. Baroja