Los trabajos para rehabilitar el Etxetxu, que albergará el museo del kalimotxo, empezarán “en abril o mayo del próximo año”, como indica Natxo Ugarte, uno de los impulsores de este proyecto, junto a Iñaki de la Torre. Las obras durarán unos seis meses, aunque la intención de los promotores es “interrumpirlas durante julio y agosto para no molestar a los vecinos”. Por lo tanto -si no hay imprevistos-, a finales de 2021 o principios del siguiente año, este original centro de interpretación del kalimotxo podría abrir sus puertas en el lugar, donde, precisamente, nació esta bebida.

Según reconoce Ugarte, el objetivo era comenzar este año con las labores para reformar un edificio que es santo y seña del Puerto Viejo y que está muy deteriorado -de hecho, el acceso a los soportales está vallado por seguridad-. Pero el covid-19 lo ha “complicado todo”, admite. “Van a ser unas obras importantes y difíciles y, entre otras cosas, se va realizar una reparación de la cubierta, por lo que no queremos hacerlo en periodo de lluvias; y tampoco queremos que la obra trastoque el verano a los vecinos, porque la intervención va a necesitar de andamios por el lado de la calle y del terraplén”, explica el emprendedor. Es por ello que el inicio de los trabajos se retrasa ya hasta 2021.

El Etxetxu salió también a colación ayer en el pleno del Ayuntamiento de Getxo, a raíz de una moción de EH Bildu, porque a la agrupación le “preocupa la situación en la que se encuentra el edificio histórico”, tal y como destacó la concejala Itxaso Maseda. “En los últimos meses, su estado ha empeorado. Desde enero, la plaza cubierta, de uso público, permanece cerrada, y vecinos y visitantes, por lo tanto, no tienen posibilidad de acceder a la misma; una valla impide el paso y los pilares principales del edificio están apuntalados. En 2016, el Etxetxu estuvo en venta y el Ayuntamiento de Getxo perdió la oportunidad de adquirir y proteger el inmueble. Desde entonces, como hemos podido ver, ha ido empeorando hasta la situación actual. Por todo ello, el Consistorio tendría que realizar de forma inmediata y subsidiaria las reparaciones para garantizar la integridad del edificio y la seguridad de los vecinos. Y también, dar los pasos necesarios para adquirir el Etxetxu y asegurar su carácter público”, defendió la edil de la formación abertzale.

Respecto al deterioro de esta casa del siglo XVII, Ugarte sostiene que no es tal como para que pueda caerse. “Los informes del arquitecto dicen que se encuentra en estado ruinoso, ha sufrido mucho trote y los puntales se han puesto de manera preventiva. Según estos estudios, no está para derrumbarse, pero la obra que se ha hecho en la plaza de enfrente, con los martillos hidráulicos y la maquinaria que han generado temblores, han desestabilizado la casa. Eso, sumado a que a principios de año hubo unos vientos huracanados, nos llevó a decidir poner unos puntales y vallar la zona por prevenir. Y, en un principio, lo que nos dice el arquitecto es que eso debería aguantar”, señala el propietario, junto a De la Torre.

Por su parte, el concejal del equipo de gobierno, Álvaro González, descartó la idea de que el Consistorio fuera a comprar este característico espacio del Puerto Viejo. “En Getxo, hay 200 edificios de estas características: propiedad privada y protección arquitectónica y no podemos salir al rescate de todos. Lo que sí hemos hecho desde 2016, son cinco inspecciones técnicas e instar a los dueños a su mantenimiento”, precisó González. En este sentido, la moción de EH Bildu no salió adelante porque únicamente su grupo y Elkarrekin Podemos votaron a favor, mientras que los demás se posicionaron en contra.

Natxo Ugarte e Iñaki de la Torre adquirieron el Etxetxu en 2016 y durante estos años han estado preparando el proyecto y documentándose sobre todo el recorrido de esta casa que data de 1612. De hecho, como han pasado los años y las tareas de rehabilitación y puesta en marcha del museo del kalimotxo no han comenzado, los impulsores de la iniciativa han tenido que solicitar una prórroga en la concesión de la licencia de obras. “Estamos en contacto constante con el Ayuntamiento y encantados de que ellos tengan ganas y de que nosotros sigamos con ellas, porque nos estamos encontrando con trabas terribles. Pero en el proyecto hay cosas muy interesantes”, comenta Ugarte.

El edificio recuperará su aspecto original. “Queremos volver a contar con los balcones que tenía cuando fue ayuntamiento, desde 1838 hasta 1860”, apunta el emprendedor. Los soportales se mantendrán como están en hoy en día, para que sigan siendo punto de encuentro en el barrio y en la parte superior es donde tendrá cabida la otra parte de este proyecto, ya que allí se habilitarán dos apartamentos turísticos de unos 45 metros cuadrados con vistas al mar. “Tenemos por delante algo muy bonito que busca enriquecer la vida del Puerto Viejo”, concluye Ugarte.