Nuevo ataque contra el patrimonio cultural de Urduliz. Los restos del Cinturón de Hierro de la localidad, ubicados en las peñas de Santa Marina, y declarados como Bien Cultural con la categoría de Conjunto Monumental por parte del Gobierno vasco, han sufrido un nuevo sabotaje por parte de desconocidos que han causado importantes daños en los emplazamientos de este sistema de fortificación defensiva construido durante la Guerra Civil.

Se trata del segundo ataque que se perpetra contra dichos elementos históricos en menos de un año, puesto que el pasado junio ya se denunció la aparición de pintadas en varios de los asentamientos. “Están usando el Cinturón de Hierro de Urduliz como un parque temático”, denuncia Iñaki Líbano, presidente de Edestiaurre Arkeologia Elkartea, entidad que ha llevado a cabo a lo largo de los dos últimos años dos campañas de excavación para sacar a la luz los tesoros de este enclave con notables resultados.

“Cuando parecía que empezaban a desaparecer algunas de las pintadas, debido a la porosidad de la superficie y el tiempo, van y vuelven a causar destrozos”, lamenta. “Los desaprensivos que han realizado esto pueden tener sanciones muy importantes. Esperemos que desde la Ertzaintza se actúe en consonancia de la importancia del bien cultural donde se están produciendo estos destrozos intencionados”, manifiesta.

Precisamente, el Ayuntamiento de Urduliz anunció ayer que va a interponer una denuncia ante la Policía vasca para que se lleve a cabo una investigación para tratar de esclarecer los hechos.

En este sentido, el hallazgo de los destrozos se produjo cuando dos integrantes de Edestiaurre, que han trabajado en las campañas de excavación, los descubrieron este pasado sábado mientras daban un paseo por Santa Marina aprovechando las nuevas medidas de alivio en el confinamiento aprobadas por el Gobierno estatal. De este modo, ni la actual vigencia del estado de alarma ha frenado a los malhechores.

“Han causado importantes daños estructurales. En el que más perjuicio han provocado ha sido el enclave URDF17 que está junto a la ermita. Han tirado uno de los muros de mampostería y han movido estructuras de las paredes laterales. Además, con un bloque del muro de considerables dimensiones han intentado romper la verja de la ermita. Esto nos hace pensar que han sido varios los responsables porque esa piedra es complicado que la pueda mover una sola persona”, detalla Líbano.

Sobre esta línea, en uno de los asentamientos más espectaculares y exclusivos del complejo, que cuenta con tres troneras para disparar, “aunque no le han hecho destrozos estructurales lo han llenado de postes y troncos”, prosigue. “Parece ser que han querido poner una especie de techumbre para hacer una caseta o chabola”, apunta Líbano. Asimismo, en otro de los espacios, el URDF 21, han realizado una especie de construcción de una “barandilla de troncos en los alrededores”. Por último, Líbano avanza que el Consistorio urduliztarra está “estudiando” la posibilidad de “instalar cámaras” en la zona, aunque reconoce que se trata de un proyecto de “gran complejidad”.