Nahia Salinas y Emma Baños Loratzen Instituto Fray Juan de Zumarraga de Durango bullying

Todo comenzó en 2016 cuando eran estudiantes de tercero de la ESO. “A causa de varios casos de acoso escolar en nuestro entorno, nos dimos cuenta de que las faltas de respeto eran demasiado habituales en el aula y que para muchos alumnos ir a clase podría ser muy duro. Al principio no sabíamos ni por dónde tirar, pero a medida que íbamos adentrándonos en el aula fuimos encontrando la manera de conectar con las y los alumnos y construir una dinámica para las charlas” explica Nahia Salinas.

Fue entonces cuando acudieron a la que en aquel momento era la orientadora del centro para ver cómo podían abordar estas situaciones. “Ana Ibarra fue quien nos apoyó desde el primer momento y nos ayudó a organizar las sesiones. Contactó con otros antiguos estudiantes para contar con su testimonio y poco a poco fuimos dándole forma, con vídeos explicativos, con preguntas... Les hacemos ver cómo un aula repleta de diversidad y respeto puede enriquecer y ser beneficioso”, comentan.

Desde entonces han impartido una media de dos sesiones a cada clase de Primero y Segundo de la ESO, juntando a medio centenar en cada una de ellas, y aunque la pandemia supuso el parón del proyecto, el próximo mes de febrero esperan retomarlo de nuevo. “Para nosotras es inviable llevar a cabo algo así a través de una videollamada y presencialmente con la mascarilla también se notará porque no podremos ver sus expresiones y eso es algo en lo que nos fijamos mucho, pero seguiremos adelante como sea”, reconocen.

Pese a su juventud, ambas tienen 18 y están inmersas en sus estudios universitarios, Nahia es estudiante de Educación Primaria y Emma cursa Diseño de Moda, siguen sacando tiempo para que este proyecto no se pierda y pueda seguir creciendo. Y es que siendo conscientes de que no son expertas en la materia, sus testimonios, vivencias y charlas están ayudando a identificar y revertir situaciones de bullying y faltas de respeto. “Lo que hacemos nos satisface. Desafortunadamente la mayoría de los estudiantes admite haber sufrido insultos o bromas desagradables y saber que lo que hacemos está funcionando nos motiva y nos anima para seguir”, confiesa Emma.

Redes sociales

A pesar de centrarse en el acoso escolar, las jóvenes estudiantes aspiran a poder abordar otras problemáticas en un futuro. En concreto, el uso de las redes sociales en la adolescencia. “Como consumidoras de las redes empezamos a observar diferentes publicaciones y el impacto que pueden tener en la juventud. En cuanto al acoso, las redes permiten que la víctima siga siendo acosada en cualquier lugar lo que es muy alarmante porque ya ni siquiera puede encontrar calma en su propia casa, pero además su uso también está afectando con casos de ansiedad, trastornos de alimentación... y hemos pensado que sería interesante empezar a tratar este tema en las aulas”, avanzan.

A corto plazo seguirán con sus dinámicas en el instituto, esperando que pronto Loratzen pueda seguir expandiéndose a otros centros. Todo para seguir implicando a los y las jóvenes frente al acoso escolar y en el respeto a la diversidad.

El uso de las redes sociales en la adolescencia es otro de los temas que las jóvenes durangarras esperan poder abordar próximamente