Durango ha recordado este martes el 83 aniversario del bombardeo que el 31 de marzo de 1937 devastó esta localidad , con un programa de actos celebrado casi en silencio debido a la alerta sanitaria por el coronavirus.

Tras el repique de campanas, esta mañana ha iniciado la celebración de este aniversario, que ha suprimido los actos de homenaje presenciales en honor a las más de 250 víctimas de este ataque aéreo, que cada 31 de marzo congregan a una amplia representación institucional en este municipio.

En su lugar, las víctimas han sido evocadas con un fuego encendido en el pórtico de la iglesia de Andra Mari y una declaración institucional difundida a través de las redes sociales en un vídeo.

Leída por "bertsolari" Unai Iturriaga, la declaración ha revivido de una forma lírica el dolor generado por el bombardeo y el intento posterior de oscurecer este episodio.

Los actos han continuado en las redes sociales, donde se ha presentado un vídeo sobre el ataque aéreo y una exposición fotográfica, entre otras actividades.

Siguiendo un llamamiento realizado por varios vecinos, algunos residentes han colocado ikurriñas y crespones negros en sus ventanas.

De igual forma, han sido convocados a las nueve de esta noche, para que reproduzcan con sus teléfonos móviles en sus balcones el sonido de las sirenas que avisaban de la llegada de los ataques aéreos.

Este último sonido, el de las sirenas que cada 31 de marzo cortan la respiración en Durango, ha sido retirado a última hora del programa, debido a la imposibilidad de que una empresa privada coloque este año los equipos necesarios, ante la amenaza del coronavirus.

RECUERDO DEL LEHENDAKARI

El lehendakari, Iñigo Ukullu, ha transmitido su "recuerdo tan sentido como siempre" por las "336 o más personas muertas" en el ataque aéreo, así como a sus familiares, a los supervivientes y a los vecinos de una villa que "desde entonces conviven con la historia sufrida".