Durango - Los productos ecológicos cada vez son más demandados en Durangaldea. Esta necesidad era palpable hace veinte años cuando se fundó Marisatsa, la asociación de Consumo Ecológico y Comercio Justo del Duranguesado. Inmersos en su vigésimo aniversario, el interés por adquirir y degustar con asiduidad productos ecológicos les animó a fundar la entidad durangarra. “Vimos que había cierta inquietud por comer productos sanos porque eran aquellos años en los que no había legislación sobre el tema de lo que era considerado como ecológico. Empezamos a buscar a gente con las mismas inquietudes en casas de cultura, gaztetxes e incluso colegios”, recordó Agustín García, uno de los fundadores y actual presidente de Marisatsa.

“Queríamos comer más sano y saber lo que nos llevábamos a la boca”. Con esta idea, fueron quince las personas que comenzaron a darle forma a este proyecto por entonces poco conocido. Con la mayoría de productos que llegaban de fuera, los inicios de la entidad ecológica, que se creó en 1999 con el apoyo del grupo ecologista Elorrioko Elorrixa, se dieron en un pequeño local sin luz de Landako, propiedad de una de las socias. Fue allí donde se llevaron a cabo las primeras compras y se impulsó el movimiento. “Recuerdo que lo primero que se compró fueron naranjas y legumbres. Los inicios fueron de una manera precaria pero con mucha ilusión”, repasó con nostalgia el presidente.

Ilusionados y con ganas de seguir creciendo, los impulsores apostaron también por las charlas. La primera de ellas se llevó a cabo en un local de Kalebarria y gracias a una asociación que puso a disposición de los ecologistas su espacio. “Vino una chica de Madrid para hablar de los alimentos transgénicos. Vimos que la respuesta fue muy buena y cada vez había mas gente interesada en la agricultura ecológica, respetuosa con la naturaleza”, aseguran.

Desde sus inicios, la asociación se articula en torno a un local, no tienda, donde las persona socias pueden adquirir los productos ecológicos y de comercio justo (alimentación, cosmética, productos de limpieza, higiene personal y un largo etc.) además de compartir conocimientos. Desde hace seis años, Marisatsa dispone de un local en la calle Alluitz, y dos personas trabajan para dar respuesta a las necesidades culinarias de los socios. “Cada vez hay más gente que se preocupa por comer sano y esto es una realidad”, explican sus gestores.

Inmersos en su vigésimo aniversario, Marisatsa tiene programadas varias charlas. En la jornada de ayer tuvo lugar una de ellas en Pinondo Etxea sobre el cambio climático con el profesor e investigador de la UPV, Jon Sáenz. El próximo día 31 será el turno para los tóxicos en el hogar y a principios de noviembre la charla se centrará en los huertos urbanos. En este sentido, “no nos explicamos cómo en Durango no hay y son muchos socios los que echan de menos estas huertas. Hemos recogido firmas pero no nos han hecho mucho caso”, lamenta Agustín García, elorriarra y residente en Durango desde hace una década.

En la actualidad, la entidad cuenta con cerca de 200 socios, la gran mayoría vecinos de la comarca que pagan una cuota anual de 40 euros. Reconociendo satisfechos que “hace cinco años nadie hablaba de economía circular o kilómetro cero”, desde Marisatsa seguirán mirando por el producto ecológico y el cuidado del medio ambiente. En este sentido “apostamos por una discriminación positiva a lo que no tiene plástico”, remarcan.